Los buzos recuperaron el martes la segunda caja negra del avión de Air Asia, proporcionando a los expertos las herramientas esenciales para determinar qué causó el siniestro del vuelo 8501.
Hallada a unos 30 metros (98 pies) de profundidad bajo los restos de una pesada ala, la grabadora de sonido de cabina fue rescata a primera hora de la mañana, un día después de que se recuperase el grabador de datos de vuelo, señaló Tonny Budiono, director de navegación del Ministerio de Transportes.
"Gracias a Dios'', dijo. "Esto son buenas noticias para que los investigadores descubran la causa del accidente de avión''.
El dispositivo se transportará por aire a la capital, Yakarta, para extraer su información y analizarla junto con la de la primera grabadora. Dado que graba en ciclos de dos horas, todas las conversaciones entre el capitán y el copiloto deberían estar disponibles.
El avión desapareció el 28 de diciembre cuando llevaba 42 minutos de su ruta de Surabaya, Indonesia, a Singapur. Murieron las 162 personas que iban a bordo, pero de momento sólo se han recuperado 48 cuerpos.
El hallazgo de la grabadora es el último impulso a una lenta búsqueda en una zona del océano poco profunda pero de aguas turbias.
Durante el fin de semana se recuperó la cola del Airbus A320, identificada con el logotipo de la aerolínea en letras rojas cursivas. Las cajas negras se sitúan en la cola, pero no aparecieron dentro de los restos de la zona posterior izados a superficie.
Pronto se localizaron los dispositivos, después de que tres navíos indonesios detectaran dos fuertes señales emitidas por sus bailas, separadas entre sí por unos 20 metros (22 yardas).
Las fuertes corrientes, grandes olas y mala visibilidad debida a sedimentos en el agua han afectado a los esfuerzos de los buceadores a lo largo de los 17 días de búsquedas. Sin embargo en los últimos días pudieron aprovechar un clima más tranquilo por las mañanas para recuperar los instrumentos.
La información obtenida de las cajas negras ,que en realidad son naranjas, será probablemente vital. Diseñadas para soportar temperaturas y presiones extremas, deberían ofrecer a los investigadores una línea temporal del vuelo, segundo a segundo.
La grabadora de voz captura todas las conversaciones entre los pilotos y con los controladores aéreos, así como cualquier ruido que se oiga en la cabina, incluyendo posibles alarmas o explosiones.
El dispositivo que registra los datos de vuelo almacena información como la posición y estado de casi todas las partes importantes del avión, como altitud, velocidad, dirección, fuerza del motor, ritmo de ascenso o descenso y en qué ángulo se encuentra el avión respecto a la superficie.
"Hay como más de 200 parámetros que graban'', dijo el experto de aviación John Goglia, un ex miembro del Consejo Nacional estadounidense de Seguridad de Transportes. "Nos va a proporcionar un océano de material''.
En su último contacto con los controladores aéreos, los pilotos del jet de AirAsia pidieron ascender de 32.000 pies (9.750 metros) a 38.000 pies (11.580 metros) para evitar unas nubes amenazadoras. Sin embargo, no se les permitió hacer la maniobra debido al intenso tráfico aéreo. Cuatro minutos más tarde, el avión desapareció. No se recibió ninguna señal de socorro.
Los investigadores también intentan localizar la sección principal de la cabina, donde se cree que están sepultadas muchas de las víctimas.
La descomposición está complicando las tareas de identificación para las familias desesperadas que esperan para enterrar a sus seres queridos. Casi todos los pasajeros y tripulantes eran indonesios.
"Aún creo que muchas víctimas siguen atrapadas allí, y debemos encontrarlas'', dijo el general Moeldoko, el jefe militar indonesio, que sólo utiliza un nombre.