Un joven nacido en cautiverio durante la dictadura descubrió su identidad y se convertirá en el primer caso en el que un menor-víctima podrá reencontrarse con su madre, quien sobrevivió a su detención clandestina en Tucumán.
Hasta ahora, todas las mujeres que fueron secuestradas embarazadas o con niños pequeños que desaparecieron fueron asesinadas durante la dictadura.
Pero este caso es inédito: según reveló el propio joven, su madre estuvo detenida en Tucumán durante dos años y recién comenzó a buscarlo en 2007 a través del banco nacional de datos genéticos donde él ya había dejado su ADN.
A través de las redes sociales se comenzó a festejar el hallazgo por parte de Abuelas de Plaza de Mayo del nieto 119 y la entidad convocó a una conferencia de prensa para mañana para dar detalles del caso.
“Como ya ha trascendido en las redes sociales, felizmente otro hombre ha conocido la verdad sobre su origen y los invitamos a compartir la feliz noticia con nosotros”, expresaron.
De todas maneras, la historia se oficializó de boca del propio protagonista, Mario Bravo, quien tiene 38 años y vive en el pueblo santafesino de Las Rosas, de Cañada de Gómez.
“Todo esto me parece mágico. Pero es terrible e impresionante a la vez”, declaró ayer el joven a la radio local Renacer FM.
Adelantó, además, que posiblemente hoy se reúna en Buenos Aires con su progenitora, que vive en Tucumán y tiene otros seis hijos, y detalló que hace unos días pudo hablar con ella por teléfono.
“Estuvo dos años en cautiverio” durante la gobernación de facto del militar Antonio Bussi y allí dio a luz “pero ella no sabía si yo era varón o nena, según me contó, porque le pusieron una capucha y no me vio”.
“Ella en 2007 empezó a buscarme, fue a Abuelas de Plaza de Mayo, y lo primero que hizo fue dejar su muestra de sangre en el banco nacional de datos genéticos”, explicó.
Bravo, que también había dejado su muestra de sangre en el banco genético, contó que se enteró del resultado positivo de los estudios porque “me llamaron hace 10 días de la Secretaría de Derechos Humanos”.
“Abuelas es un organismo intermediario, que lucha porque se descubra la verdad, pero no puede meterse en el proceso”, resaltó y confió que actúa “para que uno pueda hacerse el ADN y se compare con la base de datos”.
Bravo no pudo confirmar si su padre está desaparecido y aseguró que “recién mañana va a ser el encuentro y ahí voy a saber no todo pero muchísimas cosas más” y confió que su madre “tiene una ansiedad terrible”.
“Hasta ahora sería el único caso” de reencuentro de una persona nacida en cautiverio y su madre, consignó y confió que cuando hablaron por teléfono “ella me contó cosas desgarradoras” del cautiverio.
