Fue en 2010, cuando Jennifer Owczarczyn Basarab fue a "Cuestión de peso" para cambiar su vida. Pesaba 151 kilogramos. Ella no sólo logró bajar de peso sino que se transformó en una diosa.
La participante pudo bajar 67 kilos en nueve meses. Luego se hizo una manga gástrica y llegó a pesar 83 kilos. En el 2016 tuvo un hijo y vivió con miedo la gestación por su historia con el peso.
"Enseguida saqué turno con mis médicos para que me orienten sobre cómo seguir en ese nuevo proceso. Me relajé y lo llevé muy feliz, tranquila, porque sabía que con ellos iba a hacer las cosas bien. Solo subí 11,5 kg y a los 15 días ya estaba en 74,5", le dijo a TN.
Hoy Jennifer es una diosa. "Mi vida dio un giro rotundo. No hago nada de todo lo que hacía antes. Cambié todo. Reconstruí mi cabeza, porque por ahí empieza el cambio. Yo bajé muchas veces de peso y siempre recuperaba. Cuando ingresé a CDP sentí un compromiso conmigo y con el otro, el que estaba viéndome por la pantalla. No tiro la toalla. Todos los días me levanto, pienso en lo que voy a comer, lo que voy a hacer por mí y lo que tengo que comprar. Nada se improvisa", detalló.
La obesidad casi le costó la vida: "A mis 19 años me sentí cerca de la muerte. Llegué a pesar 164 kg y recién había terminado el colegio. Me sentía desmotivada. Si bien trabajaba con mis papás y mi abuela en su comercio y tenía mi dinero, no podía hacer nada con él. No había ropa de mi talle, no podía salir con mis amigos y si lo hacía sabía que tenía que ser fuerte para bancarme lo que viniera: discriminación o la risa de la gente. Se burlaban de cómo me vestía. Fue muy duro para tan corta edad".
Hoy su vida es otra: "Ya no estoy más enojada, por ende los demás me miran distinto. Que todos me quieran por haberme visto en la TV colaboró en mi autoestima y motivación".