Una premisa de la política se basa en que para ganar afuera, primero hay que hacerlo adentro y eso se logra construyendo poder. Pues bien, el conductor de la UCR mendocina, Alfredo Cornejo, parece haber hecho los deberes y en la actualidad se erige como el más poderoso dirigente local de ese partido, pese a la interna desatada por el rechazo a la reforma constitucional que impulsa el gobierno de Francisco Pérez.
No es que sea "el elegido", pero ante la visión de propios y extraños, el intendente de Godoy Cruz ha sabido tejer una estructura que hoy le da amplia influencia en las decisiones partidarias en base a una ascendente cantidad de seguidores, pero también gracias a una alianza con importantes sectores internos.
Fruto de esa construcción ha sido la postura de no aceptar la reforma promovida por el Gobierno y quizás también lo sea la designación del candidato que encabece las listas de esa fuerza en las legislativas del año que viene.
Enfrente de Cornejo en tanto, hoy se muestran aquellos que sí aceptan la mentada reforma de la carta magna encabezados por dos figuras de peso en la política mendocina: el intendente de Capital, Víctor Fayad, con una estructura fuerte en su departamento, pero prácticamente nula en el resto de la provincia, y el ex gobernador Roberto Iglesias, imagen referencial de la Convergencia, pero que numéricamente no logra el peso que tuvo en otras épocas.
Números puertas adentro
En el congreso partidario del pasado 13 de octubre, el intendente de Godoy Cruz mostró sus fuerzas de manera rotunda al resolverse el no radical a la reforma constitucional. Allí, el llamado "cornejismo puro", integrado según datos propios por unos 140 congresales, estuvo acompañado por los "territoriales" y por la fracción que responde al sanrafaelino senador nacional Ernesto Sanz, que juntos suman unos 80 votos.
El peso numérico fue claro si se contempla que entre los congresales que responden a Fayad e Iglesias apenas alcanzaban los 30, quedando un resto de diversas posiciones.
Esa amplia mayoría se repite en todos los ámbitos partidarios y en parte es el fruto de aquel acuerdo que terminó con Roberto Iglesias como candidato a gobernador en 2011 y que dejó a Cornejo, que también aspiraba a esa postulación, como presidente de la UCR.
Precisamente en el Comité Provincia los cargos se reparten con amplio favor del godoicruceño y sus aliados. Así, la vicepresidencia es de Mario Abed (territorial) y la secretaría general del ex intendente de Tunuyán, Eduardo Giner, que supo ser aliado de Iglesias pero cuyo sector, la Línea Federal, se acerca cada vez más a Cornejo.
También las secretarías para la Franja Morada (50% Cornejo, 50% Fayad), de la Juventud (50%Cornejo y 50% Narváez), de los trabajadores (100% Cornejo) y de la Mujer (50% Cornejo y 50% Sanz), dan cuenta del poder cornejista.
En los comités departamentales la situación es parecida. Salvo Capital, que conduce el sector de Fayad; Tupungato, que lidera la Convergencia, y San Martín, cuya conducción está enfrentada a la provincial, el resto se reparte entre hombres de Cornejo (como San Carlos, Alvear o Maipú), de los territoriales (Junín, La Paz o Rivadavia), de Sanz (San Rafael, Guaymallén) o de la Línea Federal (Lavalle y Tunuyán).
Con cargos
En los cargos surgidos de elecciones generales, Cornejo también se ve altamente favorecido. De hecho, días atrás, un documento avalando su postura y pidiéndole actitud "democrática" a Fayad fue firmado por la mayoría de los legisladores provinciales y nacionales radicales.
De los trece senadores provinciales, nueve firmaron el documento y sólo cuatro, los que se separaron del bloque por la cuestión de la reforma constitucional, no participaron. Entre los firmantes hay dirigentes como Juan Carlos Jaliff, César Biffi, Sergio Moralejo, Armando Camerucci o Gerardo del Río, quienes si bien no podrían ser tildados de "cornejistas", sí se muestran orgánicos y en varios casos, apoyando su gestión.
En la Cámara baja, de los 20 diputados solamente dos no firmaron aquel documento, la iglesista Liliana Vietti y Teresa Mazza. De los demás, una decena de diputados responde a los distintos sectores hoy aliados de Cornejo, mientras que ocho pueden ser considerados suyos: Roberto Infante, Néstor Parés, Héctor Quevedo, Daniel Di Martino, Tadeo García Zalazar, Lorena Meschini, Edgardo Pintos y Daniel Llaver.
De los legisladores nacionales, únicamente Mariana Juri no firmó el documento y sí dieron su aval Ernesto Sanz, Enrique Vaquié, Jorge Albarracín y Laura Montero. De ellos Vaquié es el más cercano al cacique de Godoy Cruz.
Son también mayoría los intendentes alineados en el oficialismo partidario: además de Cornejo, están Abed (Junín), Mansur (Rivadavia) y Pinto (La Paz). En la oposición interna sólo está Fayad.
Y en los concejos deliberantes también el cornejismo ha tenido un crecimiento notable. De los más de 80 ediles radicales de toda Mendoza, 28 se consideran cornejistas "puros" y otros 12 "cercanos", lo que le da casi 50% de representación. Pero también se computan entre los aliados los 22 de los Territoriales y los siete de Sanz. Iglesias cuenta 7 y a Fayad le responden sólo los ediles de Capital.
De cantidades y calidades
"Tienen que respetar lo que decide la mayoría", ha dicho varias veces Cornejo, sobre todo tras el desconocimiento de "vitistas" e "iglesistas" de lo resuelto en el último congreso partidario.
Pero para los sectores minoritarios, los números "no reflejan" las verdaderas fuerzas. Fayad no cesa en su enfrentamiento y dice no sentirse identificado con la conducción partidaria. El iglesismo por su parte ha auspiciado las divisiones, sobre todo en el Senado.
"Es una representación desproporcionada generada por el acuerdo de 2011", señaló Claudio Romano, uno de los dirigentes más cercanos a Iglesias, quien consideró que la Convergencia es el sector "más fuerte, estable y con mayor estructura" en la provincia.
Para otros, como Daniel Vilches, uno de los senadores que se fue del bloque radical y es un adversario político que incluso le planteó una interna departamental, Cornejo "es el que mejor ha sabido construir" espacios de poder en el partido, sobre todo por las alianzas estratégicas. Indudablemente esas alianzas serán fundamentales para seguir apuntalando el poder del jefe radical y las futuras decisiones.