En un medanoso terreno, aprovechando como "telón de fondo" las pequeñas serranías de Carrizal del Medio, alumnos del colegio secundario Oscar Bracelis y vecinos del distrito volvieron a recrear la Batalla de Maipú, librada por el Ejército Libertador del General José de San Martín, el 5 de abril de 1818.
La propuesta de los estudiantes y las autoridades del establecimiento es rendir homenaje al Libertador en el tránsito a la inmortalidad, del que en esta ocasión se cumplieron 165 años.
Lo vienen haciendo desde hace 12 años. El espectáculo que ayer ofrecieron, en el amplio campo frente a la escuela, se llamó "San Martín, alma del pueblo argentino". La obra tuvo a Irene Rodríguez como guionista y de directora a la profesora de Teatro Violeta Scotto.
Desprovistos de toda formalidad, pero tomándose las cosas muy en serio, los alumnos ejecutaron parte de las maniobras efectuadas por las fuerzas patriotas para derrotar al ejército realista.
Hubo 250 personas en escena, 170 de ellas alumnos de la institución organizadora. También participaron vecinos y empleados del establecimiento educativo.
Bajo un sol primaveral, los asistentes a la propuesta, -lugareños y habitantes de otras partes del Gran Mendoza-, presenciaron cómo fue la llegada del Capitán a la Mendoza de entonces o cómo se hicieron las armas, tarea que condujo fray Luis Beltrán (en la piel de Jorge Di Tomassi, esposo de la directora de la Bracelis, Fanny Angelelli).
También destacaron la lealtad de las tropas a la bandera de los Andes y a la Virgen del Carmen, el cruce de la cordillera de los Andes, la representación del choque de las armas y el abrazo entre San Martín y O'Higgins, que como otras partes de la interpretación, recibió aplausos de los espectadores.
Para simular la travesía a través de la cordillera y la llegada a suelo chileno, se aprovecharon los cerros que bordean la ruta 60. Un momento de emoción lo brindó el descenso de esas elevaciones por parte del general Libertador y su comando de guerra, antes de que se iniciara la contienda.
El guerrero, representado por José "Bebo" Figueroa (24), pareció "real", montado en la yegua blanca Valentina, de muy buena alzada y prestada para la ocasión por el lugareño Juan Carlos Macioci. "Bebo", ex alumno de la Bracelis, fue el creador la fiesta junto a la ex directora Cristina Fernández Moya.
Antes de que los actores coparan el terreno, hubo un recuerdo de quien durante 11 años hizo el papel del ilustre militar, el profesor Enrique "Peteto" Sandes, fallecido a principios de este año.
Otra secuencia bien lograda, teniendo en cuenta que los chicos que actuaron no son actores, fue el segmento del combate, que contuvo (por lo menos como intento) la idea de la estrategia empleada por San Martín para asestar un golpe mortal a los realistas, conocida como orden oblicuo.
En el momento real en que hablaron las armas, los argentinos de San Martín presentaron una fuerza de 4.900 soldados en lucha contra una tropa española de 5.300 hombres.
Cuando todo terminó, tras la evocación del ocaso y muerte del Gran Capitán, los intérpretes se unieron a sus parientes y amigos para celebrar "un final feliz".
Así lo hicieron, entre otros, Lucas García (18, O'Higgins), José Raina (con el uniforme de un artillero), Mayra Arévalo (vestida con la ropa de los Cazadores de los Andes) y Betina Martínez (29, que hizo de Mercedes, la hija del Padre de la Patria).
En tanto, los abuelos Angelelli saludaban a las "nietas" del ilustre comandante, papeles que les correspondieron a Selene Stocco y Juliana Güizzo. El papel de la esposa del Libertador fue asumido por Magui Mateo, en la vida cotidiana cónyuge de Figueroa, "el padre de la Patria" en la obra, que duró una hora y 10 minutos.
La vestimenta de los distintos batallones y pobladores de época lució más ajustada a la realidad que en otras presentaciones, debido al asesoramiento del Grupo de Recreadores Históricos "Héroes de Maipú", a cargo de Fabián Agostini, dedicados a investigar los uniformes militares de la campaña libertadora.
Rocío Barriga (16, dama antigua) dijo haber asumido el papel "con nervios, alegría y un poco de pesar porque la interpretación fue muy corta". Un hombre del lugar, Juan Ramón Martínez (47), se declaró "feliz por lo que vimos", pero pidió ayuda a los poderes públicos "para apuntalar la fiesta y hacerla más grande de ahora en más".
La banda sonora fue adecuada. Las interpretaciones musicales corrieron por cuenta de la Banda del Batallón 12 Raúl Larrañaga, bajo la batuta veterana de Roberto Ritman (76). La caballada desplegada en el campo fue aportada por vecinos, centros tradicionalistas y por los propios alumnos, algunos de los cuales concurren a clase en ese transporte.
La Virgen del Carmen de Cuyo, llevada a pulso por gauchos del Centro Tradicionalista de Luján de Cuyo, es auténtica y corresponde a las imágenes de la capilla de Carrizal de Abajo.
Los festejos continuaron con la actuación del Ballet Folclórico Municipal, a cargo de la profesora Laura Molina, además de la participación de bandas locales, con ritmos de rock, folclore y saya. Comerciantes y vecinos ofrecieron comidas típicas y uno de los últimos números de la jornada fue una demostración de destreza ecuestre a cargo de jinetes del lugar.