La investigación científica hace uso de distintas herramientas al iniciar un experimento, entre ellas la elaboración de hipótesis (las relaciones de lo que queremos probar o testear) y las predicciones, o expectativas de los resultados posibles de tal experimento.
Sirva esta introducción para contextualizar el experimento que el Gobierno está iniciando con el recorte en el presupuesto de Ciencia y Técnica (para restringirlo al sector que me ocupa en esta nota).
La hipótesis planteada es que la reducción presupuestaria -que es histórica desde la creación del Ministerio de Ciencia y Técnica- va a conducir a un debilitamiento de la actividad científica y tecnológica en el país.
A continuación nos preguntamos cómo se expresaría esto, y lo hacemos a través de un cuerpo de predicciones asociado a la hipótesis planteada arriba. Entre éstas:
1) Disminuirá el ingreso de investigadores, becarios y técnicos, lo que provocará una desaceleración en el crecimiento experimentado por organismos como el Conicet en los últimos 10-12 años.
2) Se desacelerará el movimiento ascendente dentro de las categorías de la pirámide científica. Esto es, disminuirá la “tasa de promociones”, lo que conducirá a un “envejecimiento” en la planta de investigadores que, asociado al menor número de ingresos en las primeras categorías (ej. investigadores asistentes), resultará en un estrechamiento de la base de la pirámide y consecuentemente una marcada inestabilidad, debilitamiento y pérdida de la capacidad del sistema científico y tecnológico.
3) Se reducirá la financiación del núcleo que dinamiza toda la actividad científica: los proyectos de investigación y equipamiento. Sin proyectos de investigación no hay producción científica que es la base del sistema y en consecuencia decrecerá la demanda de investigadores, becarios y técnicos para distintas líneas de investigación, desde producción de vacunas a investigaciones sobre cáncer, sida, chagas, cambio climático, física nuclear, ingeniería, química, tecnología satelital, nanotecnología, biodiversidad, ambiente, historia de las ideas, sociología, dinámica de glaciares, ecología de bosques, etcétera, entre las múltiples investigaciones que se desarrollan en el país.
4) Lo anterior lleva, por default, a la inactividad de servicios varios y deterioro de infraestructura edilicia de institutos, equipamiento de laboratorios, planta de vehículos, sistema de bioterios, bases de datos biológicos, biblioteca electrónica, entre otros. Es decir servicios e infraestructura física que apoya a la infraestructura académica (es decir, a la comunidad científica de investigadores, becarios y técnicos).
5) Se detiene (o desacelera) el plan institucional de repatriación de investigadores residentes en el exterior, y la dinámica se revierte hacia proyectos personales de emigración, es decir, se abriría la puerta hacia una “nueva fuga de cerebros”.
6) Se reducen los programas bilaterales de investigación con laboratorios y equipos de investigación de distintas partes del mundo.
7) Gradual reorientación de las líneas de investigación, donde la curiosidad y motivación de los investigadores comienza a ceder terreno a investigaciones con mayor integración a empresas y mercado, y que como resultado, entre otros, beneficie económicamente a investigadores e institutos. Si bien esto ya sucede, y es un tema para discutir con más detalle, podría incrementarse como resultado de una reducción de los subsidios para investigación y la marcada pérdida del poder adquisitivo del salario.
Seguramente tenemos más predicciones para hacer pero digamos, para concluir, que se trata de un experimento peligroso que con distintas modalidades fue instrumentado en distintas etapas de nuestra historia y que, al igual que otras veces, de cumplirse las predicciones significará un fuerte retroceso en la educación pública, dimensión científico-tecnológica y consecuente debilitamiento de nuestra soberanía.