Recorte de la Costa Amalfitana

Sensuales curvas, paisajes cautivadores, elegida por románticos, vuelta a elegir por bohemios, la ruta que se pega al golfo de Salerno.

Recorte de la Costa Amalfitana

La Costa Amalfitana es uno de los principales destinos turísticos de Italia. Popularizó su belleza después que algunos famosos la descubrieran hace 3 décadas convirtiéndola  en el lugar donde los románticos hallan el entorno perfecto.

Ubicada en la región de Campania entre Nápoles y Salerno a lo largo de unos 50 kilómetros de la costa meridional de la península sorrentina se extiende este, uno de los  litorales más espectaculares de Europa. Acantilados, terrazas escalonadas con aromáticos limoneros parecen desplomarse frente al mar Tirreno, mientras que coloridas villas se aferran a las laderas para no caer al mar.

Sorrento es un poblado ubicado estratégicamente, su panorama permite visualizar desde el golfo de Nápoles al Vesubio, al  norte se encuentra Pompeya con sus yacimientos arqueológicos, y hacia el oeste la carretera costea la maravilla amalfitana, mientras que enfrentada se ubica la preciosa isla de Capri.

Según una leyenda griega, en las aguas de Sorrento vivían sirenas a las cuales los marinos de la antigüedad no podían resistirse, sus cantos seductores los enloquecían. Hoy parecen persistir imperceptibles al oído, todo el que llega muere de amor y se siente atrapado.

En sus playas no está permitido bañarse, es más que todo contemplativo el idilio. El movimiento de su gente, sus pequeñas callecitas y el colorido de sus tiendas y bares hacen concentrar la atención también en ámbito citadino. El poblado considerado la capital del Limón es un buen sitio donde compartir un lemonchelo por supuesto, y seguir el viaje por la Costa Amalfitana costeando el Golfo de Salerno.

La mejor época para visitarla es en primavera o en otoño  con la opción de tomar buses que paran en las diferentes villas. Desde Nápoles se puede tomar el tren o llegar en barco, teniendo la opción de descender en Positano, Amalfi, Sorrento o Salerno por un valor que oscila entre los 8 y los 15 euros dependiendo el destino.

La ruta costea permanentemente el mar por lo que rentar movilidad puede ser una gran idea que no tiene riesgos, ya que es fácil seguir el camino. La motocicleta es sin lugar a duda la mejor opción, tanto por la estrechez de sus calles como por la forma en que el paisaje atrapa.

Los altos en el camino

Entre las paradas supremas, aparece Positano, un pueblo para tener en un cuadro, con casitas apiñadas en la pendiente y empinadas calles bordeadas de escalinatas con puestos de joyerías, hoteles elegantes y restaurantes refinados que reciben el aire yodado del mar y  combinan su encanto con la sensación de lo antiguo y ajado.

Entre los grandes atractivos está la cúpula azulejada de la Iglesia Santa María Assunta donde se halla la Virgen Bicentina Negra del siglo XIII, uno de los íconos más visitados.  Positano  se halla dividido en dos por un  acantilado donde se levanta la Torre Transita. Al oeste, se ubica la pequeña playa Fornillo, la parte más económica donde se puede realizar buceo y al este aparece Spiagga Grande que da la espalda al centro urbano siendo un sitio más glamoroso. Desde allí, se puede tomar un ferry y cruzar en 40 minutos a la isla de Capri.

Unos 15 kilómetros más costeando el golfo de Salerno, aparece Amalfi, cuesta creer que con sus plazas soleadas y su apacible playita fuera una superpotencia marítima que contuviera a una población de 70.000 personas.

Lo que se llama la Ciudad Vieja junto con sus habitantes se hundió por completo en un terremoto de 1343, lo que la convirtió en una zona pobre y aislada por mucho tiempo hasta que a comienzos del siglo XX ese retiro atraería visitantes.

Este pequeño poblado puede recorrerse caminando de extremo a extremo en solo 20 minutos.

Los autobuses llegan a la Plaza Flavio Gioia  y en poco pasos aparece Piazza del Duomo con la Catedral Sant´Andrea que dibuja su formidable estampa al final de la larga escalinata. Parte de la catedral data del siglo X y es un hito arquitectónico. Casi todos los restaurantes y hoteles se encuentran en las laberínticas callecitas que cortan la arteria principal la cual solo es de uso peatonal con adoquines y coquetas tiendas recargadas. Pese a su historia marítima, la playa de Amalfi es un sitio lindo para ver el atardecer pero no es el más recomendando para nadar; a 4 kilómetros se encuentra la Grotta de lo Smeraldo, una cueva fascinante llamada así por su espectacular tonalidad. Los autobuses pasan por enfrente del lugar donde se desciende por asesor o escalera para disfrutar de sus aguas.

En lo alto de la colina que domina Amalfi, aparece Ravello un pueblo refinado y distinguido, amado por bohemios con aire de espiritualidad y romanticismo que cuenta con jardines exuberantes y vistas increíbles. De hecho, la Villa Rufulo es una torre en pleno desmoronamiento de tipo medieval con exóticas flores y espacios verdes tan bien diseñados que parecen dibujados a pulso.

El paisajismo se asoma sobre el acantilado que mira al mar brindando una sensación de jardines suspendidos en el aire. De junio a setiembre se realiza el Festival de Ravello donde todo el casco urbano con sus plazas secas se convierte en escenario de música de cámara, orquestas y ballet.

Camino a Salerno asoman otros pequeños poblados menos reconocidos pero cada uno con su encanto. Maiori tiene grandes complejos de veraneo, hoteles y clubes de playa que ofrecen la  posibilidad de alquileres de medios acuáticos, luego Erchie posee una bonita playa apacible y elegida por lugareños y finalmente, Cetara es un pintoresco pueblo pesquero famoso por su gastronomía con una marisquería excepcional donde vale la pena  parar para comprar atún y anchoas que son las especialidades locales preparadas de las maneras más variadas. Vietri sul Mare  es la capital ceramista de la Campania, su casco antiguo está completo de tiendas de alfarería donde los diseños más creativos se dan cita.

Después de este rosario de apacibles pueblos de postales, Salerno es el retorno  al ritmo de urbe, ya que la ciudad cuenta con un importante puerto y nudo de transporte, además de una movida citadina con gran cantidad de propuestas culturales. Sus avenidas impecables e iluminadas albergan un centro histórico con iglesias medievales que conviven en medio de trattorie y bares que acompañan un excepcional paseo marítimo óptimo para recorrerlo de noche.

Es una ciudad que mantiene muchos sesgos medievales en sus calles y construcciones, de hecho el Castello  di Arechi  fue una fortaleza bizantina construida en el siglo VIII, el cual goza de un emplazamiento espectacular a 263 metros por encima de la ciudad y aloja en la actualidad colecciones de cerámica, moneda, y armas. Para agendar; la urbe ofrece un espectáculo único de luces para los días previos a la Navidad adornando sus calles con juegos lumínicos de alto nivel que logran  grandes estructuras y atrapan a grandes y chicos.

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