Desde hace varios años, los organizadores del Dakar trabajan para adaptar el recorrido a los terrenos nuevos en América del Sur, permitiendo que cada categoría de vehículos se aventure en pistas donde mejor funcionen. Para la edición 2014, se dibujaron cinco especiales en recorridos totalmente disociados entre motos y cuatriciclos los por una parte, autos y camiones por el otro. En total, la “separación” concierna alrededor de 2 000 kilómetros en los itinerarios cronometrados, es decir más de 40 % de la distancia.
En el plano deportivo, el método presenta el doble interés de poder llevar a los pilotos de motos y cuadriciclos a pistas más técnicas y estrechas en algunas etapas, y permitir también a los líderes de la carrera de autos “abrir la pista” sin tener las huellas de las dos ruedas.
La ventaja también es decisiva en términos de seguridad: la disociación del recorrido elimina todas las situaciones de adelantamientos delicados. El beneficio es mucho más importante ya que las etapas concernientes se encuentran esencialmente en la primera parte del rally, en el momento en que los vehículos son aún numerosos en la prueba.
En dos ocasiones, los pilotos de las categorías motos y cuadriciclos deberán afrontar etapas maratón que se disputan en dos días. Instalados en un bivouac dedicado, no tendrán el refuerzo de sus equipos de asistencia, y únicamente podrán tener la ayuda de otros competidores para intervenir en sus vehículos. En este contexto, las estrategias de equipo están a pleno, la gestión del material es decisiva, particularmente por el desgaste de los neumáticos.
En total, las dos etapas maratón representan 2 702 km (1 228 km entre San Rafael y Chilecito + 1 474 km entre Salta y Calama), de los cuales 1 590 km en especial (726 km + 864 km).