El Ministerio de Seguridad ofrece dos recompensas, que en total suman 200.000 pesos, para tratar de obtener datos que permitan esclarecer dos homicidios con tintes mafiosos ocurridos en Las Heras.
El primero de los hechos investigados, aún sin resolver, fue el asesinato de un policía en septiembre del año pasado en El Algarrobal, por el que se ofrece una recompensa de 100.000 pesos.
Ricardo Daniel Requelme (31), quien realizaba tareas de mantenimiento en el Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS), recibió un disparo en la nuca y luego su cuerpo fue quemado, lo que hace pensar a los investigadores que se trató de crimen mafioso.
El cuerpo del uniformado fue encontrado el 8 de septiembre de 2018 en la calle Cacique Guaymallén de Las Heras, entre Pascual Segura y General Paz. El cadáver estaba semioculto en un cañaveral, a unos 10 metros de una vías férreas, cerca de unos hornos de ladrillos. Luego de que el caso fuera denunciado, personal de Policía Científica encontró el cadáver calcinado a tal punto que no se pudo determinar su identidad. Lo que sí determinó fue la causa de muerte, al encontrar un orificio de bala en la nuca.
Días después se presentó en la Justicia un pariente del policía para denunciar su desaparición y los investigadores sospecharon que podía ser el cuerpo de Requelme. La duda fue despejada por los profesionales del Cuerpo Médico Forense, que realizaron un estudio comparativo de ADN.
“Ejecutado por un profesional”
El asesinato del médico jubilado León Domingo Burela Yanchina (64) escapa a los móviles habituales del mundo del crimen local: fue "ejecutado" por un sofisticado tirador que algunos investigadores catalogaron como "un profesional".
A cinco meses de este "particular" homicidio, ocurrido en el apacible barrio Kolton de Las Heras, desde el Ministerio de Seguridad ofrecen una recompensa de 100.000 pesos para quien aporte datos que puedan esclarecerlo ya que por ahora no ha tenido imputados.
Si bien el asesino se llevó solamente 7.000 pesos y dos armas -sin "olvidarse" dos teléfonos que hubieran sido importantes para la investigación- desde el entorno de la víctima no descartan que pudiera haberse llevado una suma de importancia. "El móvil de los crímenes por encargo generalmente es la plata", especulan.
Burela trabajó durante años en el penal de Boulogne Sur Mer hasta que se jubiló en 2012, pero esto nada tiene que ver con el crimen, ocurrido en la tranquila mañana del 15 de abril pasado en la casa 17 de la manzana D, del barrio Kolton.
Ese día el médico estaba solo porque su mujer se había ido al gimnasio. Cerca de las 11, Burela, en bata y cursando un posoperatorio, estaba sentado en un sillón del living frente al televisor. El asesino traspasó el portón de rejas, ingresó al patio de la vivienda y abrió la puerta. Ni bien ingresó al living, encontró al médico sentado y lo ejecutó de cuatro balazos que salieron de un arma calibre 22.
Según las pericias iniciales, el médico no pudo hacer nada salvo, tal vez, levantar intuitivamente el brazo izquierdo para protegerse por lo que el primer proyectil le ingresó por la axila. El segundo disparo le rozó el cuello y el plomo terminó incrustado en la ventana del frente de la casa. Pero el tirador fue por más: como un profesional, se acercó a la víctima y disparó otras en un hombro y directo al cráneo.
Cualquier dato de interés de cualquiera de los dos hechos puede comunicarse a la Dirección de Investigaciones a los teléfonos 0800-2227627, al 911 o al 0261 4497138.
