La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC por su sigla en inglés) que es la agencia sobre cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha evaluado la carcinogenicidad del consumo de carne roja y de carne procesada.
Un grupo de trabajo de 22 expertos de 10 países, convocados por el Programa de Monografías de la IARC, clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos (Grupo 2A), basado en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno.
Esta asociación se observó principalmente con el cáncer colorrectal, pero también se han visto asociaciones con el cáncer de páncreas y el cáncer de próstata.
En tanto, la carne procesada se clasificó como carcinógena para los humanos Grupo 1, tabaco, los rayos UV y el alcohol, basada en evidencia suficiente en humanos de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal.
Para la nutricionista mendocina Carina González, esto no es ninguna novedad, ya que siempre se ha destacado el peligro del consumo de carne procesada, tal como las hamburguesas y las salchichas.
"Siempre se ha hablado de este tema porque somos un país carnívoro. Y así como los pollos son el "cuco" por la forma en que son criados, lo mismo ocurre con la carne. Ya que hay que preguntarse qué se le da de comer a las vacas. Allí hay que buscar el origen del problema", detalló la especialista mendocina.
Incidencia baja
El consumo de la carne varía mucho entre los países, desde un pequeño porcentaje hasta un 100% de las personas que comen carne roja, dependiendo del país, y proporciones algo más bajas en el consumo de carnes procesadas. En el estudio, los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.
La nutricionista Mónica Lizarraga explicó que el consumo de la carne procesada una vez por semana no tiene incidencia, aunque si lo tiene hacerlo diariamente. "El problema son los nitritos y nitratos para la conservación de la carne", estimó.
Por otra parte, agregó que las personas que comen jamón crudo, en general, no hacen un consumo excesivo por la sal del producto, que lleva a que las personas se cuiden del consumo de sodio. Algo similar ocurre con la panceta que suele consumirse sólo en invierno y esto hace que los niveles este tipo de carne procesada no sea preocupante.
Respecto de la carne roja, dijo que lo ideal es consumir aquella que viene en atmósfera controlada -o sellada al vacío- ya que no tiene contacto con el aire y esto mejora su conservación.
La nutricionista Carina González advirtió que el consumo de carne en exceso puede provocar presencia de ácido úrico en cantidades inconvenientes deviniendo en gota, insuficiencias renales o hipercolesterolemia."Tampoco hay que dejar de consumir carne. Porque el hierro que tiene no lo posee otro alimento. Al menos a nivel de lo que el organismo absorbe".
González destacó que lo ideal es comer carne una o dos veces por semana en raciones que no superen los 200 gramos. También hay que agregarle a ese consumo semanal las carnes blancas como el pescado, por lo omegas, y el pollo, idealmente de granja ya que los que suelen ser más baratos son criados con hormonas, las cuales son perjudiciales para las personas en edad de crecimiento.
En cuánto a la carne procesada, y más específicamente a las salchichas y las hamburguesas, González señaló que el problema son los conservantes y aditivos. "Yo prefiero que mis pacientes eviten estos alimentos en sus dietas", estimó. Como opción, Lizarraga dijo que es válido elaborar las hamburguesas en los hogares.
Por último, Lizarraga añadió que este tipo de comunicados tienden a influir psicológicamente en las personas advirtiendo que mucha gente en vez de acudir a un especialista, se guían por las noticias de los medios de comunicación.
"Lo ideal es tener una dieta sana, libre de conservas, con muchas verduras crudas y cocidas, cereales, y tener en cuenta el óvalo de la alimentación argentina, que reemplaza a la pirámide”.
Riesgos y beneficios
“Para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida”, dijo el doctor Kurt Straif, de la IARC. Este grupo consideró más de 800 estudios que investigaron asociaciones para más de una docena de tipos de cáncer con el consumo de carne roja y de carne procesada en muchos países y poblaciones con dietas diversas. La evidencia más influyente provino de grandes estudios de cohorte prospectivos realizados en los últimos 20 años.
“Estos hallazgos apoyan aún más las actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de carne", dijo el doctor Christopher Wild, director de la IARC. "Estos resultados son importantes para permitir a los gobiernos y a las agencias reguladoras internacionales realizar evaluaciones de riesgo, a fin de balancear los riesgos y beneficios de consumir carne roja y carne procesada, y poder brindar las mejores recomendaciones dietéticas posibles”, indicó.