Recomiendan alfabetizar desde las salas de 3 y 4

Profesionales de la facultad de Educación descubrieron que hay diferencias entre los niños que traen un estímulo de lectura previo.

Recomiendan alfabetizar desde las salas de 3 y 4
Recomiendan alfabetizar desde las salas de 3 y 4

Si bien los estudios han mostrado que los niños pueden empezar a leer y escribir con 5 años, existe una diferencia marcada entre los que provienen de hogares en donde se les leen cuentos con frecuencia, de aquellos que no están familiarizados con las narraciones.

Así lo ha evidenciado una investigación que realizan profesionales de la Facultad de Educación de la UNCuyo, que apunta a la importancia de la alfabetización temprana, aún más en poblaciones vulnerables. 

La directora del trabajo, Susana Ortega de Hocevar, detalló que han tomado un test a alumnos de sala de 5 de una escuela urbano-marginal y de otra céntrica sobre ciertos predictores de la lectura y la escritura.

Esto es, indicadores de cómo va a ser el aprendizaje de estas habilidades. La evaluación mostró que los primeros carecen de ciertas herramientas que sí tienen los segundos.

Una de las pruebas que hicieron fue pedirles a los niños que separaran las palabras del título de un cuento: los chicos de la escuela urbano-marginal sólo conocían el de aquellos que han sido llevados a la televisión pero no el de las narraciones clásicas.

Tampoco sabían el nombre ni el sonido de las letras, con excepción de un alumno a quien su padre le había enseñado; a diferencia de los que asisten a la escuela céntrica, que podían nombrar varias letras.

Ortega de Hocevar, quien también es responsable de la Subsede de la Cátedra Unesco para la Lectura y Escritura en América Latina, planteó que estas diferencias se traducen en desigualdades y que una escuela inclusiva debe brindar apoyo temprano.

En su opinión, lo ideal sería que los niños que crecen en entornos vulnerables empiecen con la alfabetización en sala de 3 y de 4 años.

Esto, indicó, a diferencia de lo que ocurrió en la gestión anterior de la DGE, cuando se planteó que el aprendizaje de la lectura y la escritura no se evaluaba en 1° ni 2° grado, sino recién en 3°, con lo que algunos niños cumplían los 8 años sin saber leer y escribir.

El objetivo es que los niños sepan leer y escribir cuando lleguen a 1° grado.

Sin embargo, la especialista señaló que se debe trabajar a partir del juego. "Siempre digo que las letras no se enseñan. Los niños las aprenden", indicó.

Así, cuando al chico le leen un cuento, de maner espontánea identifica que hay un lenguaje escrito, tapa el texto para que el adulto no pueda leer, pregunta qué dice ahí.

“El aprendizaje de la lectura y la escritura es el más complejo que realiza una persona en su vida”, manifestó la investigadora. Y si bien las herramientas que lo facilitan se adquieren de modo natural cuando a los niños se les leen cuentos, se debe asegurar que a los pequeños que no se les cuentan historias en la familia también tengan acceso a ellas.

El equipo de investigación está integrado por once profesionales de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Facultad de Educación de la UNCuyo. Recientemente han ganado un financiamiento para Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Orientados.

Esto les permitirá sumar tres investigadores del Conicet, vinculados a las neurociencias, quienes tienen planeado tomar imágenes del cerebro para mostrar las diferencias en el desarrollo según la estimulación recibida.

Por otra parte, el año que viene aplicarán un sistema que refuerza cuatro predictores de la lectura y la escritura en dos de los cuatro cursos en los que han realizado las pruebas.

De acuerdo a los resultados, darán a conocer esta metodología para que se extienda su aplicación. Asimismo, están evaluando una modalidad de alfabetización familiar, de modo que los papás puedan acompañar a sus hijos.

Acciones de la DGE

La directora de Nivel Inicial de la DGE, Adriana Rubio, comentó que este año empezaron a trabajar en sala de 5 con un programa que apunta al desarrollo socio-emocional, lingüístico y cognitivo infantil, y de alfabetización temprana.

En la primera mitad del año se capacitó a unos 1850 docentes y en la segunda se repartieron en las aulas 29 mil ejemplares del libro “Klofky y sus amigos exploran el mundo”. El objetivo es que los niños sepan leer y escribir cuando lleguen a 1° grado y, además, tengan un libro que es de ellos.

Asimismo, este año se implementó una prueba piloto en sala de 4 de cuatro escuelas, para abordar habilidades previas a la lectura y la escritura. La intención es extenderlo a todas en 2018.

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