Beber y comer
Dos actividades inseparables de nuestra conducta humana que pueden provocar inesperados durante el viaje. Un ejemplo de estos es la diarrea del viajero, enfermedad muy frecuente al viajar producida por ingerir o beber elementos contaminados. Otras enfermedades intestinales pueden ser producto por la ingesta de alimentos con gérmenes. Una gastroenterocolitis puede arruinar más de 3 días de las vacaciones, incluso produciendo diarrea y deshidratación, y efectos más severos aún en los niños y personas mayores.
Recomendaciones relacionadas con los alimentos y bebidas
- Agua segura: tenga en cuenta los siguientes consejos:
Ante la duda respecto de la potabilidad o contaminación del agua, beba siempre agua embotellada.
Las infusiones preparadas con agua hervida también son seguras.
No beba agua de ríos, arroyos, lagunas o cursos naturales.
Evite usar hielo, a menos que tenga la seguridad de que se haya hecho con agua potable.
- Hierva la leche no pasteurizada.
- Alimentos: muchas veces los platos regionales comprados en la calle o lugares sin cuidados sanitarios, constituyen un riesgo de adquirir infecciones digestivas. Tenga en cuenta los siguientes consejos:
No consuma alimentos ni bebidas en exceso. El organismo no está preparado para consumir tanta cantidad de alimentos, por más que sean todos muy atractivos.
Lávese las manos antes de comer, evita que contaminemos nuestra propia comida.
Evite consumir alimentos crudos o preparados en la calle.
Evite consumir pescados y mariscos de dudosa procedencia.
Las verduras y las frutas deben estar lavadas con agua segura. Las frutas pueden pelarse si no estamos seguros.
Insectos
Los lugares más increíbles de la naturaleza suelen tener bosques y ambientes naturales con vegetación y clima propicio para ser hábitat de insectos. Brasil, por ejemplo, tiene una de las faunas y floras más diversas del planeta. Costa Rica, Colombia, Panamá, Islas del Caribe, etc. son ejemplos de territorios con vasta vegetación de insectos y fauna diversa. Para disfrutar de estos espacios es importante considerar la propicia prevención ante posibles enfermedades transmitidas por picaduras de mosquitos.
Recomendaciones para evitar enfermedades transmitidas por insectos:
Por un lado es necesario conocer si el lugar del destino a donde vamos, son áreas donde circulan virus de enfermedades como el Dengue, la Fiebre Amarilla, Malaria, etc. Algunas son prevenibles con vacunas, como la Fiebre Amarilla. En otros casos es preciso tomar medicamentos para evitar contraer la enfermedad y finalmente, en otras sólo podremos tratar de evitar que los mosquitos nos piquen ahuyentándolos con el uso de repelentes. Siempre que haya mosquitos y sea un área endémica para alguna de estas infecciones, debemos usar repelentes.
Recordemos que los mosquitos tienen mayor actividad al atardecer, por ello debemos de utilizar más protección y cuidado durante esta hora del día. Por otro lado, es necesario usar ropa preferentemente clara, con mangas largas y pantalones cubriendo los tobillos, muñecas y cara también con repelente.
Usar mosquiteros en las aberturas del alojamiento y/o sobre la cama es una buena medida de protección.
Vacunas
Es importante conocer en detalle los lugares donde existe el riesgo de estas enfermedades. Por ejemplo en Brasil, en las zonas de playas costeras del atlántico no existe Fiebre Amarilla. Estos son los destinos más visitados, pero tenga en cuenta la vacuna si visita otras zonas de Brasil y zonas de América Central o Caribe. Es muy útil preguntar antes del viaje en el consulado del país a donde vamos, o hacer una consulta a un médico especialista en Medicina del Viajero. También es importante saber si para ingresar a esos países es requisito mostrar el certificado de vacunación. Países como Aruba o Bahamas lo solicitan a los pasajeros que proceden de países con Fiebre Amarilla.
Cada vez que se viaje, es importante comprobar que tenemos las vacunas del calendario de vacunación al día. A veces, por pensar en las enfermedades específicas nos olvidamos de la vacunación antitetánica y otras de las prevenibles por vacunas de nuestro calendario. La visita al especialista en Medicina del Viajero nos ayuda a conocer las indicaciones especiales para nuestro caso en particular.
Exposición al sol
La mayoría de las ciudades y pueblos en los destinos de verano tienen un clima tropical, con temperaturas medias entre 18ºC y 23º C, y a causa de la humedad, la sensación térmica es mucho más alta. ¿Qué medidas sencillas podemos tomar para protegernos de los daños del sol, en la piel y en la salud?:
Es necesario aplicarse una crema con filtro solar en las partes del cuerpo que quedan al descubierto, como el rostro, las manos, u otras áreas si estamos en traje de baño.
Aplíquese una crema protectora de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30. Extiéndala generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre (si usa repelente de insectos simultáneamente, el repelente debe colocarse después de aplicar el protector solar).
Evite la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Tenga especial cuidado con la exposición al sol durante esas horas.
Tenga en cuenta el índice UV. Este importante dato le ayuda a planificar sus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos, por ejemplo un índice UV de 3 o superior.
Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
Use ropas que lo protejan:
Un sombrero de ala ancha protege debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello.
Las gafas de sol con un índice de protección del 99%-100% frente a los rayos UVA y UVB, reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar.
Las prendas holgadas y de tejido tupido que cubran la mayor superficie corporal posible, también protegen contra el sol.
Los niños suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos. Cuando estén al aire libre, hay que protegerlos de la exposición a los rayos UV como ya se ha explicado. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra.
La exposición prolongada al sol puede deshidratar y producir el cuadro conocido como “Golpe de calor”. Para evitarlo, además de alternar áreas de sol con momentos a la sombra, hay que beber líquidos con frecuencia, evitar un alto consumo de alcohol (contribuye a la deshidratación) y frente a mínimos síntomas de alerta (dolor de cabeza, náuseas, debilidad general, enrojecimiento intenso de la piel) colocarse en un lugar fresco y beber abundantes líquidos.
(*) Medical Assistance Manager – Assist Card