Cada 5 de junio, desde 1973, se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas, por resolución del 15 de diciembre de 1972 con la que se inició la ya célebre Conferencia de Estocolmo, Suecia, cuyo tema central fue el ambiente.
La celebración de esta jornada posibilita la oportunidad de ampliar las bases de una opinión pública informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la conservación y la mejora del medio.
Este día gana relevancia y desde hace tiempo es una plataforma mundial de divulgación pública con amplia repercusión en todo el planeta.
El país anfitrión del Día del Medio Ambiente varía anualmente. En esta oportunidad le corresponde a China. El tema para este año gira en torno a la “Contaminación del aire”; una llamada a la acción para ayudar a combatir un grave problema que afecta a millones de seres en todo el mundo.
Con la elección de esta problemática, la nación asiática organizadora de la jornada ambiental, convoca a considerar los cambios que podemos hacer en lo cotidiano para reducir la contaminación del aire que generamos en el día a día. El objetivo es eliminar de forma progresiva la contribución individual al calentamiento global y así detener sus perniciosos efectos en nuestra salud, del lugar donde vivimos y en definitiva del planeta.
Entender los diferentes tipos de contaminación, y cómo afectan al medio ambiente, nos ayudará a tomar medidas para mejorar el aire que respiramos. A menudo ni siquiera se puede ver, pero la contaminación atmosférica está en todas partes. Nueve de cada diez personas en todo el mundo están expuestas a niveles de contaminación que superan los niveles de seguridad señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mendoza no está aislada de estos problemas donde también es una lucha permanente salvaguardar el ambiente.
En nuestro medio es preocupante la contaminación de las aguas, tanto superficiales como subterráneas, aspecto en el cual se avanza pero siempre queda mucho por hacer.
Asimismo urge terminar con los grandes basurales a cielo abierto, y los microbasurales formados por residuos que arrojan algunos desaprensivos vecinos.
Otro objetivo a consolidar es que más departamentos avancen en la separación de los residuos domiciliarios, lo que es una práctica consolidada en otras partes del país y muchas otras naciones..
Por otra parte, informes de este año revelan que de las 30 mil toneladas mensuales de desechos que según el Observatorio Nacional para la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos genera el millón de personas que vive en los siete departamentos que conforman el Área Metropolitana de Mendoza (Capital, Godoy Cruz, Las Heras, Guaymallén, Lavalle, Maipú y Luján de Cuyo), se estima que sólo el 0.9% de ese total es reutilizada a través de la cadena de recuperación que comienza con la disposición final de los residuos (y su posterior selección y acopio) y concluye en el reciclado de los materiales que son derivados hacia diferentes industrias.
En materia de la calidad de la atmósfera son problemáticos los incendios de campos en el piedemonte y en el sur provincial. Se han repetido y bastante en los últimos tiempos, y nunca serán suficientes las medidas para evitar estos estragos.
Aunque no debemos olvidar que el principal factor del deterioro del aire, especialmente en la capital, es el parque automotor, responsable del 70% de las emisiones contaminantes principales.
Los problemas ambientales, entonces, son muchos más y siempre resultará imprescindible el concurso del ciudadano, en asocio con una política de protección del Estado, para disminuir los efectos perniciosos de los daños que sufren el suelo, el subsuelo y el aire de nuestro territorio.
