El reclamo de Brasil por el proteccionismo

El flamante canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, llegó hace pocas semanas al país para presentarse oficialmente ante las autoridades argentinas. Paralelamente, para acordar el mensaje que luego brindó la presidenta Dilma Rousseff en la apertura ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, esencialmente en el planteo sobre las actividades de espionaje de los Estados Unidos en la región, que es algo que une a los dos países en su crítica al país del norte, como se vio en las alocuciones de ambas mandatarias en la ONU.

Sin embargo, el canciller no dejó pasar la oportunidad para exponer, ante los interlocutores argentinos, los graves problemas que se plantean con las licencias no automáticas impuestas por la Secretaría de Comercio Exterior de la Argentina, que frenan el ingreso de manufacturas brasileñas.

"No podemos dejar esas cuestiones sin decisión, porque pueden contaminar el conjunto de la relación comercial", dijo explícitamente Figueiredo ante los corresponsales brasileños en Buenos Aires. El funcionario dejó caer otras frases en igual sentido, como al señalar que "cuando hay obstáculos al comercio, las partes terminan por buscar otros socios. Y no queremos que una relación, que fue construida hace tantos años, con tanta comprensión, pueda ser perjudicada por cuestiones puntuales".

En ningún momento el canciller mencionó la palabra represalia, pero en los hechos la situación suele plantearse y los mendocinos son conscientes de ello en razón de que han sufrido esos inconvenientes, como las demoras en el ingreso de algunas mercaderías a ese país, aduciendo inconvenientes que resultan incomprensibles si nos atenemos al hecho de que en el acuerdo del Mercosur se hace hincapié explícitamente en el transporte libre de mercaderías intra bloque. En el caso específico de la vitivinicultura, Brasil aún no aprobó el protocolo vitivinícola, ante la presión generada por los productores de Río Grande do Sul.

Para Mendoza, una buena relación con Brasil es fundamental. De acuerdo con las cifras que figuran en la página de Pro Mendoza -con fecha a 2010- ese país es el principal importador de los siguientes productos mendocinos: papas, por un total de 500 mil dólares; cebollas , por 14,4 millones; ajos, por 76,4 millones; zanahorias, por 259 mil; peras, por 25 millones; cerezas, por 1,2 millón, uvas secas, por 259 mil; ciruelas con carozo, por 9,4 millones; aceite de oliva, por 7,5 millones, jaleas y mermeladas, por 593 mil dólares, a lo que se suma el hecho de que Brasil figura en el tercer lugar, después de Estados Unidos y de Canadá, en las exportaciones de vinos de la Argentina.

A pesar de que el ministro brasileño aclaró que "ninguna de las dos partes quiere perjudicar la relación" y que "no hay una reducción del comercio entre ambos países", no quedaron dudas de que la preocupación brasileña respecto de las medidas argentinas existe. Sucede que el universo de exportaciones hacia la Argentina que están afectadas por barreras representaría unos 3.500 millones de dólares. Se trata de ventas brasileñas ya comprometidas, que sufren demoras en la obtención de las autorizaciones para entrar en el mercado argentino.

Entonces, cualquier traba paraarancelaria que aplique Brasil, a modo de represalia, afectará sustancialmente las exportaciones mendocinas. Ello exige que las autoridades locales deban mantenerse alertas ante cualquier inconveniente, especialmente porque hay antecedentes en ese sentido. En todos los casos los problemas se solucionaron, pero generaron dolores de cabeza a los exportadores mendocinos. Brasil sigue siendo el mercado a ganar, y para que ello se alcance es necesario que no exista ningún tipo de obstáculo que se interponga en la comercialización.