Desde que se construyó el último tramo de la doble vía de la ruta 40, desde Zapata hasta Tunuyán, los cerca de 300 vecinos que viven en la zona no tienen por dónde cruzar ni cómo sortear el muro de contención que divide ambos carriles, en un trayecto de unos 5 kilómetros.
Las pequeñas ranuras -previstas en el new jersey para colocar los postes de luz en el futuro- funcionan hoy como los únicos pasos posibles para los chicos que van a la escuela, para quienes viajan asiduamente en micro a Tunuyán o para los vecinos que deben cruzar a comprar algo. Bicicletas, mujeres con cochecitos y personas excedidas en peso deben abstenerse.
Estos cruces improvisados constituyen un riesgo latente para las familias. Desde que se construyó la doble vía (hace más de dos años) los lugareños vienen reclamando la implementación de una pasarela, rotonda o retornos, que le permitan una conexión segura entre los sectores este y oeste del carril. Están cansados y preocupados, y dicen que cortarán la ruta “si es necesario para evitar una tragedia”.
Sucede que las altas velocidades que llevan los vehículos, la falta de iluminación y la maleza que abunda en el lugar agravan la situación, que ya se cobró dos accidentes. “Existe un semáforo a mitad del recorrido -con senda peatonal y todo- que parece más bien un chiste. No funciona y, si lo hiciera, los vehículos no van a desacelerar para dejar pasar a la gente. Nadie le hace caso. Ni siquiera disminuyen un poco la velocidad”, sostiene Armando Morán, uno de los vecinos.
Como se trata de una zona rural nueva, que no cuenta con servicios in situ, la comunidad debe desplazarse al centro de Tunuyán para realizar sus actividades diarias (ir a la escuela, al hospital, al trabajo, realizar trámites o compras).
“En caso de tomar transporte público, debemos atravesar con suma precaución el muro. Si vamos en auto, tenemos que recorrer muchos kilómetros desde nuestro hogar hasta Zapata para realizar el retorno”, escribieron los vecinos en un petitorio que elevaron días atrás a Vialidad Nacional.
El concejal Paulo González, que acompañó la gestión vecinal, dijo que el organismo les ha dado una audiencia para tratar el tema en las próximas semanas. “Es un tema que afecta a unos 300 vecinos”, aclaró el edil.
El problema se centra en un tramo de 5 kilómetros sobre la ruta nacional 40, que va desde el distrito de Zapata (en Tupungato) hasta la rotonda donde hoy se erige el monumento a la Tonada. Si bien los conductores están satisfechos porque la obra agilizó notablemente el tránsito en el ingreso a Tunuyán, el guarda rail que se extiende a lo largo del lugar impide el cruce peatonal.
Desde Vialidad Nacional argumentan que no se contemplaron retornos ni cruces en ese trayecto porque, cuando se comenzó a proyectar la doble vía Luján-Tunuyán (hace mucho más de una década), no “había ni poblados ni empresas en el área”. Pero en ese lapso la zona ha tenido un gran desarrollo productivo, industrial e inmobiliario. Desde la ruta se pueden ver los poblados, las industrias, los comercios e, incluso, los carteles que anuncian un barrio privado nuevo.
“El organismo no le puede exigir estas obras complementarias a la empresa constructora (José Cartellone SA) porque no estaban incluidas en los pliegos iniciales. Ahora nuestros técnicos de la sede central en Buenos Aires están diseñando un nuevo proyecto para ejecutarlas”, anunció Luis Fernández, de Vialidad Nacional, quien dijo que es difícil definir plazos.
“Nos dicen que esperemos, pero tenemos miedo por los nuestros. Es muy peligroso, ya hemos tenido accidentes. Además, hay personas que no pueden cruzar, por ejemplo los abuelos o un vecino que pesa 200 kilos y se ve obstaculizado de pasar”, se quejó Armando Morán, quien vive en la zona.
Los lugareños también señalan el riesgo que constituyen las calles colaterales. “Los tractores deben recorrer todo el trayecto para dar la vuelta y no hay nada de luz, ni en la ruta ni en las vías paralelas. A eso se suman los yuyales, que tienen la altura de las personas”, comentó una familia de la calle Guiñazú.
Julio Cisterna, director de Obras Públicas de Tunuyán, sostuvo que la comuna hace tiempo ha pedido una respuesta a la Nación para esta gente. “Se ha estudiado que la pasarela es imposible, porque no dan los espacios físicos para la pendiente. Pero hemos solicitado semáforos o retornos”, apuntó el funcionario.
Acuerdo para limpiar el sector
La falta de mantenimiento de esta doble vía agudiza la problemática de los lugareños. De por sí es arriesgado para ellos cruzar estos carriles sin tener un paso peatonal, pero además deben hacerlo a oscuras y con malezas que impiden que sean vistos por los conductores.
La falta de limpieza y mantenimiento de este carril nacional, que se repite en otros departamentos donde pasa la doble vía, se debe a que la obra aún no está formalmente entregada. Hay conflictos entre la empresa y la Provincia (quien licitó y supervisó los trabajos) por la falta de acuerdo en ciertos puntos de la ejecución. Por lo tanto, aún la obra está en el periodo de garantía y todavía no ha sido entregada formalmente.
En esta etapa -según consignan desde distintos organismos- sería la firma constructora la responsable del mantenimiento. Sin embargo, Vialidad Nacional y la Municipalidad de Tunuyán han firmado un acuerdo para comenzar en los próximos días la limpieza de todo el sector hasta Zapata. Desde allí, continuará sólo Vialidad con la tarea.
Cisterna expuso que Vialidad Nacional aportará las retroexcavadoras y demás maquinarias y recursos humanos, mientras que el municipio pondrá a disposición las herramientas menores, el personal y la movilidad.
