Hace casi 2 décadas el club Jorge Newbery de Las Heras comenzó con su caída libre en picada, y actualmente se encuentra abandonado y a la deriva.
En los últimos años han desfilado varias autoridades por la icónica institución ubicada en calle Boulogne Sur Mer, mientras que por estos días rige una orden de intervención -aunque no ha logrado hacerse efectiva todavía ya que la designación de sus autoridades se encuentra judicializada-.
En la sede la postal también es preocupante: más de un tercio de las 3 hectáreas que comprenden el terreno se encuentra habitado por casi 120 familias que fueron instalándose al encontrar terrenos abandonados en el lugar.
Incluso, muchos de ellos compraron los lotes por unos pocos pesos -una fortuna para ellos- a oportunistas que querían ganar plata fácil (los vecinos acusan de esto también a algunos de los personajes que ostentaron el puesto de presidente o interventor del club).
Más allá de esta realidad cotidiana, tanto quienes viven en el predio como los vecinos de los barrios aledaños insisten en la necesidad de encontrar una solución habitacional: mientras que los primeros solicitan la erradicación de la villa y la recuperación del club como espacio público (preocupados por la inseguridad), quienes allí viven suplican que alguien los tenga en consideración.
"Somos los primeros que sentimos vergüenza de vivir así, de no tener un nylon para poner en nuestras casas cuando llueve. Es un bajón vivir acá. No podemos decir en nuestros trabajos dónde vivimos, porque nos discriminan", coincidió un grupo de vecinas.
Desde la comuna destacaron la complejidad del tema al hacer hincapié en que la situación del club está judicializada y resaltaron que hasta tanto no haya sentencia, no se puede avanzar en la recuperación. No obstante, manifestaron estar trabajando provisoriamente en el tema.
Abandonados
Teresa Miranda tiene 27 años y hace una década vive en una de las casas que se instaló en los alrededores de la que alguna vez fue una cancha de baldosa. Fue una de las primeras habitantes del lugar (algunos vecinos lo han bautizado Villa Unión).
"Vivía en el barrio Sargento Cabral y cuando tuve mi hija, el señor Ramallo -el presidente del club en ese momento- nos ofreció venir acá junto a otras 3 familias. Se estaba empezando a hablar de una posible usurpación y él quería que el lugar no esté solo", contó la joven madre soltera.
Hace 3 años el predio se empezó a llenar de gente hasta llegar a las más de 120 familias que hoy (sobre)viven en el lugar.
"Para el censo (2010), mucha gente se instaló con nylon sabiendo que los iban a anotar y queriendo sacar provecho para que les den una casa. Se censaron 24 familias, y de esas hoy quedaremos sólo 6", recordó la mujer.
"Me vine en diciembre del año pasado, con mi esposo y mis 2 hijas. En enero hicimos una reunión con un señor que se presentó como el presidente del club y se habló de irnos y recuperar el club, pero nunca más vino nadie. Acá hay algunos chicos que hacen quedar a todo el barrio como inseguro.
Pero la mayoría somos personas laburadoras y la delincuencia viene de afuera, de los barrios de arriba. Acá se esconden todos", acotó por su parte Carla Barrera, quien atiende el quiosco ubicado a la entrada del club - barrio.
Esta familia es una de las tantas que compró por unos pocos pesos el lote y allí levantaron su vivienda y el comercio. "Pensamos que estaba normalizado todo ya", confesó la joven.
Según denunció Miranda, incluso el interventor que fue nombrado el año pasado les comunicó que iban a poder adquirir los terrenos y legalizar su situación, por lo que designó a otra vecina para que les cobrara una cuota mensual de 50 pesos. "Luego en la Municipalidad nos dijeron que todo eso era mentira", siguió Teresa.
Aquellos moradores que llevan más años en el lugar tienen un trabajo para subsistir. Y son quienes, con resignación, señalan a los "pendejos" que tienen a maltraer a las 120 familias. "Salen encapuchados a robar a quienes pasan, a tirar piedras a los autos. Nos han robado las garrafas a nosotros mismos, y son ellos quienes le han vendido a otras personas sus terrenos por 500 pesos", señaló otra de las vecinas.
"Desde en frente nos gritan '¡negros de mierda!' y nos miran con desconfianza si vamos a comprar. Es gente que se conmueve con la pobreza cuando la ve en la televisión, pero discrimina cuando la tiene al lado", reflexionó.
Hace 4 años Carmen Astudillo (50) vive en el lugar con su hija de 24 años, quien tiene parálisis cerebral y está en silla de ruedas. La mujer vende empanadas para ganarse la vida, aunque ésta se le hace cada vez más cuesta arriba.
"Los políticos sólo vinieron en campaña a traer sanguchitos y promesas. Pero cuando vamos a pedir ayuda, nos dicen que no pueden darnos nada porque estamos en un asentamiento", resumió Carmen.
"Por supuesto nos gustaría tener la posibilidad de irnos a otro lado y pagar por nuestras casas. Estando acá sabemos que podemos quedar en la calle de un día para el otro, estamos con el corazón en la boca", cerró.
Reclamo de otros barrios
Quienes viven en los barrios Jardín Los Andes, Reconquista e Infanta también están preocupados, aunque en este caso por los recurrentes robos.
"Queremos que recuperen el club Newbery. Hay muchos barrios en la zona y muchísimos chicos podrían practicar deportes en el lugar", contó Edith Cassino, quien vive en el Jardín Los Andes.
Sin embargo, la mujer acusó a los gobiernos provinciales y municipales de no actuar ante esta solicitud.
"Hay una estación de servicio y un lavadero que funcionan en terrenos del club también, y ellos deberían estar pagando un canon pero nadie sabe dónde va esa plata. Necesitamos que haya voluntad política", siguió Cassino.
El año pasado presentaron una iniciativa para que la recuperación se convierta en ley, pero no prosperó. "Queremos ir a la Secretaría de Deportes a insistir con el pedido", cerró Cassino.
"Es un tema bastante oscuro, los administradores le han cobrado cuota a los vecinos que vivían en el lugar. Pero no pasa solo por la inseguridad, sino que quienes allí viven no tienen condiciones de higiene", acotó a su turno Rodrigo Ponce, vecino del Reconquista.
Respuestas demoradas por caso judicializado
El jefe de Gabinete de la Municipalidad de Las Heras, Francisco Lo Presti destacó que la situación habitacional en los terrenos del Jorge Newbery es compleja.
"Intervienen la Dirección de Personas Jurídicas -se ha nombrado un interventor-, la Provincia y la Municipalidad -en lo que se refiere a dar una solución habitacional-, y el Ministerio de Seguridad en esta problemática. A eso se suma que llegó a la Justicia el tema, ya que uno de los interventores se designó como presidente mientras una asamblea elegía a otro en paralelo. La situación jurídica no resuelta es un limitante", destacó el funcionario.
No obstante, Lo Presti comentó que están trabajando en dar respuestas y que ya han relevado a los vecinos del asentamiento, se han reunido con quienes viven en los barrios aledaños y han coordinado con Seguridad la presencia de más efectivos y patrullajes.