En setiembre de 2014 se denunció el aparente suicidio de Valeria Calderón, una mujer de 34 años, madre de dos niños. Su cuerpo fue encontrado suspendido de una soga, la cual estaba amarrada a uno de los palos del techo. Las crónicas de aquel tiempo indicaban que "según relatan vecinos y amigos de la zona, la mujer pasaba por una aguda depresión debido a la separación con su marido, padre de uno de sus hijos". Y concluía: "Aparentemente, su ex pareja, sería oriunda de Tunuyán".
A casi 3 años de aquel hecho, se acaba de presentar un escrito -ante el juez Oscar Balmes- para que este caso sea investigado en profundidad y para ello se acompaña documentación, reclamando la imputación del ex marido. Concretamente, el abogado Lucas Fallet, como querellante de la familia de la mujer muerta, solicita la imputación de Carlos Buonarrigo, indicando que "existen sobrados elementos probatorios en la causa para proceder a la imputación del mencionado, ya sea por femicidio o bien por instigación al suicidio...".
Recuerda una denuncia de Valeria Calderón por "violencia de género", ante diversas instancias judiciales y que terminó con una "prohibición de acercamiento que el acusado nunca cumplió, y que tampoco fue controlada por las autoridades judiciales, cuando está acreditado que el taller en donde supuestamente reside Buonarrigo queda a escasos 500 metros del domicilio en donde fue hallada muerta Valeria Calderón".
El profesional afirma que "llama la atención que, constatada de manera evidente la violación a la prohibición de acercamiento, al día de la fecha el denunciado no esté imputado por desobediencia a una orden judicial".
En su escrito en el expediente (N° 59398 “Fiscal c/ NN por Av. Muerte”), el profesional asegura como "probado" que el día de los hechos, este hombre estuvo presente en el domicilio de Valeria Calderón. Hecho que quedó demostrado por la declaración de uno de los hijos, que también afirmó en su momento "almorzaron juntos y que luego sus padres durmieron siesta juntos...".
Al indicar las pruebas aportadas a la causa, el abogado querellante hace referencia al informe de Policía Científica, donde se da cuenta de que en "la soga en la que aparentemente se habría producido el ahorcamiento de Valeria Calderón, se hallaron restos pilosos (cabellos) de tres perfiles: el de Valeria, el de Carlos Buonarrigo, además del de un tercero ajeno".
Mientras que de la necropsia efectuada a la mujer surge que se encuentran restos de espermatozoides en el hisopado vaginal efectuado a Valeria Calderón, donde se aclara que los mismos obedecen a un ''coito reciente'' y son coincidentes al perfil genético de Valeria y también de Carlos Buonarrigo. Tras lo cual se asegura "que existen indicios claros y concordantes que colocan al denunciado en la escena del hecho, sustentando la hipótesis de que tuvieron relaciones sexuales y, más aún: que en la soga en donde apareció ahorcada existen evidencias de ADN del denunciado".
Tras lo cual la querella dice que "ha tomado conocimiento del reciente caso ocurrido en San Carlos de la desgraciada muerte de la maestra Carmen Solís y si bien "es claro que se trata de dos casos diferentes, llama la atención la notoria similitud con el caso de marras, habiendo Usía ordenado la inmediata detención de su pareja por los aparentes mismos delitos que aquí se denuncian".
Y concluye el profesional: "Cabe destacar que en el presente caso los elementos de prueba reunidos hasta aquí poseen la entidad suficiente como para proceder a la imputación de Buonarrigo, y que dada la suerte que le tocó al médico Muñoz en el caso citado, la similitud de los casos y el estado público de la misma, es posible considerar que existe la posibilidad de que Buonarrigo intente eludir la acción de la justicia”.