La calle Guardia Vieja, en Vistalba, es muy usada por los vecinos pero también por productores y turistas pues forma parte de la promocionada “ruta del vino”.
Sin embargo, está en penoso estado en más de 600 metros de sus casi 3 kilómetros de extensión, entre la rotonda del Arado y la bajada de Ceferino.
Pozos en varias partes, banquinas defectuosas y descalzadas, y angosta para la intensidad de tránsito que registra, son algunos de los problemas que la aquejan.
“Usted ve la calle así, en un mediodía con sol, pero cuando llueve es prácticamente intransitable. Hay que hacer un arreglo integral y definitivo”, afirma Marcelo Geroli (49), habitante de la calle Las Palmas. Las amigas Raquel Fava y Susana Yantano agregan otro dato: además del tránsito hacia el norte o hacia el sur, Guardia Vieja recibe un importante aporte de vehículos procedentes de los nuevos barrios construidos al este de su traza.
Un contratiempo grave es que hay un canal en el lado este, que está por encima de la calzada y cuando llueve intensamente, como ha ocurrido durante todo el verano, la calle se inunda sin remedio. “Se forma prácticamente una laguna que se extiende por un kilómetro o kilómetro y medio”, dice Américo Di Fabio (60).
Los vecinos más perjudicados por estos desbordes son los que están más cerca de Almirante Brown, como Daniel Sánchez (60). “Cuando se desborda el canal quedamos aislados, nadie viene a comprar y los proveedores postergan sus entregas”, dice con resignación el hombre.
Los bomberos voluntarios utilizan Guardia Vieja con frecuencia y deben recorrerla con cuidado por las roturas del pavimento, y más cuando llueve, perdiendo segundos cruciales en su misión. Además, son convocados frecuentemente a rescatar a automovilistas que quedan varados en medio de un aguacero. Por otra parte, choferes del Servicio Coordinado de Emergencia, que tiene una base en las instalaciones de Bomberos, comentaron que resulta todo una dificultad cuando hay que desplazarse por la arteria con un enfermo o a atender un paciente, servicios que exigen celeridad de traslado.
Qué dicen las autoridades
El director de Obras Viales de Luján, Andrés Allasino, reconoció el mal estado de la calle y que la comuna hace “arreglos parciales, ya que cuando vuelve a llover el asfalto se estropea nuevamente”.
Como la calle es jurisdicción de Vialidad, el municipio espera que esta repartición provincial colabore en una obra integral. Raúl Azzoni, desde Vialidad, sostuvo que la obra debería incluir ensanchar la calzada, hacer desagües nuevos y revestir las cunetas, además del necesario reasfaltado.
Mientras se espera una decisión final de Vialidad, los vecinos miran hacia el cielo esperando que cese de llover. En caso contrario, tienen que aprestarse una vez más a “navegar” la calle.