En el Senado no pasa. Y en Diputados menos. La suerte del megadecreto de Mauricio Macri de desburocratización del Estado parece estar echada en el Congreso: rechazo de toda la oposición.
Al desacuerdo del Bloque Justicialista de la Cámara de Diputados se le sumó ayer el veredicto del hombre fuerte del Senado, Miguel Pichetto: para el rionegrino, el DNU del presidente es "abusivo" porque en un mismo texto "toca el fondo de sustentabilidad de Anses, lo faculta a su titular a realizar fideicomisos o dar préstamos a terceros y modifica regulaciones del Senasa", entre otras medidas de lo más diversas.
Si Pichetto no presta acuerdo, no hay ley ni decreto que tenga chances de ser aprobado en el Senado. Lo mismo en Diputados, si el rechazo proviene del Bloque Justicialista (BJ), que comanda el salteño Pablo Kosiner y responde a los gobernadores del PJ no kirchnerista. Cambiemos es minoría en ambas cámaras y depende de ellos.
"El DNU de Macri es una equivocación, porque corta puentes de diálogo con la oposición y fundamentalmente con quienes nos mostramos proclives al debate. El Gobierno podría haber presentado uno, dos o tres proyectos de ley en vez de esto. O bien, un solo proyecto de ley en sesiones extraordinarias, no un DNU en plenas vacaciones", afirmó Kosiner a Los Andes.
Al rechazo seguro del justicialismo, el kirchnerismo y la izquierda, también se le sumó ayer una movida judicial del Frente Renovador: sus diputados presentaron una acción declarativa de inconstitucionalidad porque, a su criterio, "no hay necesidad ni urgencia" en el contenido del megadecreto de Macri.
"El DNU tiene aspectos penales e impositivos que le están vedados al Poder Ejecutivo", advirtió la jefa del bloque massista, Graciela Camaño, que presentó el planteo judicial junto con sus colegas Carla Pitiot, Marco Lavagna, José Ignacio de Mendiguren, Alejandro Grandinetti y Daniel Arroyo.
En el oficialismo admiten que es seguro que el decreto terminará por caerse o que el Gobierno, sabiendo que pierde en el Congreso, decida reemplazarlo por otros decretos no tan abarcativos y más específicos.
“Es lógico que Pichetto lo rechace abiertamente. El Gobierno manda un DNU ómnibus al Congreso y, si logra pasar, ¿qué sentido tiene sentarse a negociar leyes con Pichetto, si se puede gobernar por decreto?”, reflexionó un senador de Cambiemos.
El decreto de necesidad y urgencia (DNU) número 27 de este año establece la derogación de 19 leyes y decretos y la modificación de otros 140, con 170 medidas en 22 capítulos en las áreas de gestión de ocho ministerios, dos organismos descentralizados y el Banco Central.
Según la ley, para que un DNU caiga debe ser rechazado por el pleno de ambas Cámaras. Mientras tanto, está vigente desde su publicación en el Boletín Oficial, en este caso desde el jueves 11 de este mes.
Antes de pasar a los recintos de ambas cámaras, la comisión bicameral de Trámite Administrativo debe emitir dictámenes sobre el DNU. En esta bicameral, Cambiemos tiene todas las de ganar, porque de los 16 integrantes 8 son del oficialismo.