El Primer ministro Recep Tayyip Erdogan, elegido ayer presidente de Turquía en un primer comicio por sufragio universal, lanzó un mensaje de unidad declarando que quiere abrir una “nueva era” en un país muy dividido bajo su mandato.
"Cerramos hoy una era y entramos en una nueva era", dijo Erdogan en un discurso ante miles de partidarios en Ankara, y prometió ser "el presidente de los 77 millones de turcos", olvidando "las disputas del pasado".
El jefe de Estado electo, quien tiene las riendas del país desde 2003, prometió un “nuevo proceso de reconciliación social” entre sus compatriotas, a quienes agradeció por haber participado en la elección.
Como lo sugerían las encuestas, el hombre fuerte del país ganó a su dos rivales al obtener 52% de los votos, resultado menor de lo esperado por sus partidarios y las encuestadoras.
Acusado de autoritarismo por sus adversarios, Erdogan, de 60 años, dijo que “le ruego a todos los que me califican de dictador y autócrata que revisen su posición” desde el balcón de las oficinas de su Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP), que dirigió hasta ahora y que a partir de este momento tendrá que dejar de presidir.
Erdogan superaba a sus rivales con 53,05% de los votos cuando el conteo había alcanzado el 93,7 por ciento de las urnas, de acuerdo con la agencia noticiosa estatal Anadolu.
De sus principales contrincantes, Ekmeleddin Ihsanoglu obtenía el 37,81% de los sufragios y Selahattin Demirtas, el 9,14%.
“El pueblo ha mostrado este día su voluntad en las urnas”, dijo Erdogan el domingo en la noche en un breve discurso ante miles de partidarios en Estambul, pero se abstuvo de declararse ganador.