Un salto auspicioso de la industria aeronáutica nacional se concretó hace unos días en Córdoba cuando un aparato IA-100, avión demostrador tecnológico, cumplió exitosamente su primer vuelo de ensayo. Es el primero que personal de la estatal Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (Fadea), en Córdoba, diseñó y construyó en más de 20 años, como parte de las pruebas de un programa que aspira a demostrar que esa compañía es capaz de hacerse cargo de una aeronave utilizando tecnologías de última generación.
Uno de los principales objetivos del plan es recuperar, luego de 2 décadas, la capacidad de diseño, fabricación integral de aeronaves y ensayos aeronáuticos de ciclos cortos de proyectos a medida en nuestro país. Este proyecto también tracciona la industria local consolidando así una cadena de valor federal compuesta por 11 pequeñas y medianas empresas (Pymes) en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Buenos Aires, que participan como proveedores estratégicos. En este desarrollo se han visto involucrados más de 90 trabajadores, entre ingenieros y técnicos. Adicionalmente permitirá que jóvenes profesionales se capaciten en la aplicación concreta de disciplinas de alta complejidad estratégica para el país.
Entre las pequeñas unidades de producción del interior del país que podrán vigorizar sus actividades figura la mendocina Aeropac SA, que comenzó sus actividades aeroespaciales en 1986 participando en el programa de misiles. Se dedica al diseño y fabricación de componentes para estructuras de misiles, maquetas de investigación, carros de transporte, dispositivos y contenedores de transporte de los elementos antes mencionados. Estuvo involucrada en el desarrollo de componentes estructurales del turbohélice CBA-123 y también de los IA-63 Pampa. Uno de sus objetivos es ingresar en el campo de las piezas de material compuesto, por lo que tiene previsto construir una nueva planta para afrontar este reto.
Debe reconocerse entonces la participación de las pymes en la construcción del IA-100. Existe la esperanza que todo este movimiento industrial se afiance y permita poner a la industria aeronáutica en el nivel que el país requiere, en consideración a la tradición que acredita la Fadea, nacida en 1927 como fábrica militar.
El desarrollo del demostrador tecnológico IA-100 es un proyecto que se inició hace 18 meses y sirvió de base para el diseño de un avión moderno con capacidad para cubrir las necesidades de entrenamiento elemental tanto de las Fuerzas Armadas y aviación civil, como también para producir una aeronave apta para la exportación.
Debemos recordar que desde hace una década, más o menos, nuestra provincia quiere afirmarse como un polo de desarrollo aeronáutico, con muchos prestadores de diferentes rangos: la Lucha Antigranizo, aeroclubes, el importante aeropuerto internacional, el tercero del país, y otros representantes. Sin olvidar, claro, que poseemos una fábrica de aviones de relativa envergadura en el ámbito geográfico de El Plumerillo, como Lavia Argentina SA (Laviasa), que ya ha logrado producir en serie el PA-25 Puelche, aeronave de aplicaciones aeroagrícolas que surca los cielos de muchos países que la adquirieron.