A doscientos años de la Declaración de la Independencia y a la luz de una serie de documentos nunca antes trabajados, existentes en el Archivo General de Mendoza y en el de Santiago de Chile, la figura de Juan Agustín Maza reaparece para posicionarse en aquel histórico proceso de una manera diferente a la hasta ahora conocida.
Desentrañar cómo llegó a diputado en el Congreso y qué rol cumplió en él sirve para entender el cisma que produjo la Revolución en la sociedad mendocina y cómo algunos líderes, como fue el caso de San Martín, manejaron tiempos de conflictos. También sirve para sacar del anonimato a una figura desconocida y poco estudiada.
La irrupción pública de Maza se dio en abril de 1815, cuando gobernaba la provincia San Martín. Fue justo en el momento en que un grupo de vecinos -122 en total-, eligieron nuevamente a San Martín como gobernador intendente, luego de que Alvear lo destituyera.
San Martín había llegado en setiembre del año anterior y luego de superar el arribo de cientos de chilenos producto del desastre de Rancagua y de la reconquista de Chile por parte de los españoles, había demostrado ser un buen gobernante en momentos de crisis.
En abril, los mendocinos, desobedeciendo las órdenes del Director Supremo de reemplazarlo por el teniente coronel Gregorio Perdriel, lo habían sacado a éste poco menos que a pedradas, demostrándole que a los mendocinos no se los podía doblegar fácilmente.
Maza era un joven de poco más de 30 años que había firmado el acta nombrándolo nuevamente gobernador, siendo así parte de aquellos que lo habían legitimado. El cronista Damián Hudson lo ubica así dentro del círculo íntimo de San Martín.
Maza era hijo de Ysidro Eugenio Sáenz de la Maza, un funcionario español peninsular de alta graduación que había tenido una destacada actuación cuando la Revolución de 1810 en Mendoza.
El militar había reemplazado momentáneamente a Faustino Ansay, máxima autoridad colonial en ese momento. Finalmente, había sido desplazado del gobierno local, ubicándolo entre el grupo sospechoso de opositor a la Revolución.
La no firma del acta apoyando a San Martín había confirmado su oposición, quedando entre las familias de la burguesía que le restaron su apoyo en la tarea de conformar un ejército y llevar desde Mendoza su lucha emancipadora.
El clima anti español había llevado, incluso, a colocarlo en listas bajo el título de “americanos contrarios a la Revolución”. La diferencia entre padre e hijo era una síntesis visible de la escisión social que en algunas familias y por causas político-ideológicas había desatado Mayo de 1810.
Afianzado en su poder y necesitado de obtener la independencia para llevar adelante el Plan Continental, en junio San Martín dispuso mediante convocatoria popular que los mendocinos designaran a los electores para elegir a los diputados que iban a ir al Congreso en Tucumán. Así estaba establecido en el Estatuto Provisional de 1815.
De acuerdo con este documento cada provincia debía elegir un diputado cada 15.000 habitantes o fracción menor a 7.500, correspondiendo a Mendoza designar a dos representantes. Para llevar adelante este procedimiento, se dividió la ciudad en cinco secciones.
De cada una de ellas salió un elector, resultando que Juan Agustín fue nominado para la primera de ellas.
La elección para diputados se hizo secreta y por separado, siendo designado electo en primer término, Manuel Ignacio Molina, y en segundo, Tomás Godoy Cruz. Ambos eran hombres leales a San Martín y formaban parte de su círculo íntimo.
Molina no permaneció como diputado. En setiembre de ese año presentó su renuncia indeclinable, probablemente por razones de salud, siendo electo Juan Agustín Maza.
Esta dimisión y la posterior elección pueden ser interpretadas como una concesión hecha por San Martín al grupo opositor acaudillado por los Maza para equilibrar fuerzas del orden político. En tal sentido, Molina fue destinado a cumplir otra función a los pocos días.
Maza reunía óptimas condiciones para ocupar la representatividad. Era doctor en Cánones y Leyes, egresado de la Real Universidad de San Felipe en Santiago de Chile. Su título no sólo lo habilitaba para ejercer la profesión, sino también para ejercer la docencia.
Hacia 1808, apenas recibido y habiendo cumplido las prácticas, regresó a Mendoza insertándose en la política local, y en 1810 se encontraba entre los miembros del grupo patriota, adhiriendo a los postulados liberales e ilustrados de la revolución.
Su posición acomodada le había permitido colaborar con 10.000 pesos fuertes para la formación del Ejército del los Andes, y, junto a San Martín, cooperar en la aplicación de un impuesto de guerra basado en el capital que cada individuo tenía.
Esta medida le significó al erario local poder recaudar un monto de 13.000 pesos fuertes.
Instalado en Tucumán, Maza se abocó a la actividad congresional comenzando por dar su apoyo a la designación en mayo de 1816 de Juan Martín de Pueyrredon como Director Supremo en mayo de 1816. Al mes siguiente, participó junto a los otros diputados de la solemne declaración de la Independencia, e intervino después en los debates entre monarquía y república que se sucedieron posteriormente.
Si se observan detenidamente las notas de las materias de “primera y preferente atención” que, ceñidas en 17 puntos, se trataron en las sesiones del Congreso y que se publicaron en El Redactor del Congreso, se descubre que el diputado participó en la idea de orden y unión que por obra de la revolución se buscó imponer en los pueblos.
También en los debates sobre la necesidad de pactos de unión preliminares a la constitución. Cuando se discutieron problemas vinculados a las Relaciones Exteriores, propuso el traslado del Congreso a Buenos Aires, convencido de que la cercanía entre el Director Supremo y la magna Asamblea iban a poder solucionar mejor y con mayor celeridad estos asuntos. El traslado del mismo se efectivizó finalmente en febrero de 1817 sesionando allí hasta 1820.
Cuando el debate en el Congreso en Buenos Aires cambió y el peso de los porteños inundó las actividades, Maza presentó su renuncia regresando a Mendoza en los primeros meses de 1818. De aquí en más, su vida se inclinó a conformar una familia junto a María Lorenza Moyano y a ejercer su profesión y la docencia, enseñando Derecho en el Colegio de la Santísima Trinidad.
La violenta década del ‘20 lo ubicó en la facción federal, a la que consideró como la única viable para organizar el territorio y sus provincias. La crisis social que se desató en estos años lo encontró adhiriendo a la causa federal como única opción posible para organizar el territorio y dictar sus leyes. Murió en el sur mendocino, en forma trágica, en 1830.
La Revolución, la Independencia y la guerra implicaron un recambio significativo en las elites de poder. Juan Agustín Maza fue conductor y partícipe directo de ese proceso, experimentando en carne propia la ruptura con el pasado colonial y con su herencia familiar. En este devenir supo sortear riesgosos avatares y acomodarse a los nuevos tiempos, convirtiéndose en un patriota que sostenidamente trabajó por la emancipación americana.
Biografía
Juan Agustín Maza.
(1784-1830). Era hijo del teniente coronel de milicias urbanas Ysidro Sáenz de la Maza, y Petronila Sotomayor.
Estudios. Cursó la escuela primaria en Mendoza. Fue a la Universidad de Santiago de Chile y se graduó en Derecho en 1807.
Labor en el Congreso.
Fue vicepresidente en diciembre de 1816 y presidente en noviembre de 1817.
En Mendoza. De regreso en su provincia fue uno de los integrantes de la junta de vecinos que pidió la destitución del gobernador Pedro Molina. Caído éste, el 29 de abril de 1824, Maza fue designado gobernador interino, pero al día siguiente fue reemplazado por un Triunvirato que gobernó la provincia.
Muerte. En 1830, cuando llegó José Videla Castillo para hacerse cargo del gobierno de Mendoza, Maza, como federal, se refugió en la campaña, donde murió, lanceado por los indios, el 11 de junio de ese año. En 1831, el gobierno mendocino hizo trasladar los restos de las víctimas de El Chacay al cementerio de Mendoza.
Los congresales cuyanos
Francisco Narciso Laprida (San Juan)
(1786-1829) Nació en San Juan. De niño estudió en el Real Colegio de San Carlos en Bs As y en 1810 se recibió de abogado en Chile. El 1 de julio de 1816 fue nombrado presidente del Congreso. Posteriormente volvió a ocupar la presidencia y también la vicepresidencia. Fue gobernador interino de su provincia.
Fray Justo Santa María de Oro (San Juan)
(1772-1836) Nació en San Juan. Fue llevado al Convento de Santo Domingo para seguir la carrera eclesiástica. Pasó luego a Chile para ingresar en el Convento de Santo Domingo de Santiago. Al discutirse la forma de gobierno en 1816, se declaró por la republicana (no monárquica).
Juan Martín de Pueyrredon (san Luis)
(1777-1850) Nació en Buenos Aires. Patriota, precursor de la independencia y Director Supremo; esto último gracias a la influencia de San Martín y el fuerte apoyo de Cuyo, Güemes, Buenos Aires y el Alto Perú. Trató de reforzar la unidad nacional empleando, siempre que fuera posible, la moderación.