n sicario (vocablo que no figura en el Código Penal Argentino) es una persona que mata a alguien por encargo de otro, por lo que recibe un pago. Sin embargo esta figura es conocida desde el año 81 AC, por la lex Cornelia de sicariis et veneficis (ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores).
Con esa base como preámbulo y con el verborragia tan didáctica como la de un profesor de escuela y tan específica como un catedrático, el doctor en Criminología Raúl Torre dialogó con Los Andes.
Habló de casos reales. De hombres y mujeres de carne, hueso. Y también de muertos y cadáveres. Se explayó sobre hechos ocurridos en el siglo pasado y también de otros recientes, donde la palabra sicario tuvo protagonismo excluyente.
Allá en Rosario
Uno de los más enigmáticos fue el secuestro extorsivo -por ser uno de los primeros por 1932- de Abel Ayerza, hombre de alcurnia y que la repercusión social que generó solo fue superada después cuando se conoció la noticia que había sido asesinado.
Responsable de aquel delito, por el que fueron condenados a prisión perpetua Vicente y Pablo Di Grado, Juan Vinti, Romeo Capuani y José La Torre, fue un siciliano de nacimiento, pero radicado en Rosario, reconocido como "Chicho Grande" y llamado Juan Galiffi. Y ahora Torre confía que su hija Agatha Cruz, vivió en Mendoza.
Sin embargo hubo un hecho más sorprendente y Torre lo recreó: tras el pago del rescate, los secuestradores esperaban un mensaje telegráfico que debía decir: "manden el chancho" (así se identifica en el lunfardo y la jerga carcelaria o policial al secuestrado), para liberar al hombre, pero por un error ortográfico se escribió "maten al chancho".
Así Abel Ayerza fue ejecutado de cinco disparos en medio de un pastizal que además sirvió de tumba.
"El sicario está lejos de ser lo que muestran las películas, un hombre elegantemente vestido de traje negro que coloca un silenciador a una lustrosa arma. Hoy matan por 500 pesos y de una puñalada por la espalda", explicó el hombre que es autor de varios libros, como Perfiles Criminales y Víctima del Crimen, entre otros y también con un pasado como policía y otro como protagonista de la serie de televisión "Forenses: Cuerpos que hablan".
Después se refirió a otro caso más reciente como el de José Arce (64) y Elsa Aguilar (81), esposo y suegra de Rosana Galiano (29), la joven que fue asesinada en su casa y que en ese momento lo tuvo como perito del ministerio de seguridad de provincia de Buenos Aires.
"Aquí los sicarios (que nunca fueron condenados) actuaron ocultos tras un árbol y esperaron que la joven recibiera un llamado a su celular (la única forma de hablar era saliendo al patio de la casa) y en ese momento fue ejecutada.
El primer tiro (hecho con una pistola 45, nunca encontrada) impactó de frente, mientras que los restantes tres tiros le dan en la espalda; la mataron como a un perro"
"Mano de obra local"
El caso del triple crimen de General Rodríguez por la cercanía en el tiempo (se cumplieron seis años) fue el otro tema abordado por el doctor en Police Science (Los Angeles, EE.UU), especialista en criminología y en medicina legal y que, como asesor del gobierno de Buenos Aires, participó desde el inicio de la investigación.
Y ahora recordó haberse enterado de la desaparición de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón por la información de Clarín en la página de Sociedad.
"Nosotros no sabíamos nada del hecho, pero les anticipé a la cúpula policial que estos tres iban a aparecer muertos en provincia. Y así fue".
"Recuerdo -agregó el miembro del Servicio Especial de Investigaciones Técnicas (SEIT)- que en este caso, se utilizó "mano de obra" local (al igual que los mejicanos y diferente de los colombianos, que solo buscan apoyo logístico).
"Estos hombres no eran santos. Los tres tenían antecedentes de laboratorios fantasmas y compras de medicamentos adulterados o robados. Y un dato desconocido hasta ahora: Forza, siempre andaba armado y tenía una campera especial para poder guardar una pistola 9 mm, arma que fue encontrada en el vehículo incendiado"
Sobre el final recordó que el informe forense hablaba de la "existencia de disparos de armas de fuego múltiples y excesivos a los fines de producir la muerte".
Los cadáveres fueron encontrados boca abajo, con los pies y las manos atadas con precintos. Ferrón y Bina habían recibido cuatro disparos en distintas partes del cuerpo, mientras Forza fue ejecutado de ocho tiros".
Este caso tuvo cuatro condenas a prisión perpetua: Los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, y los hermanos Cristian y Martín Lanatta, son considerados sicarios del triple crimen, mientras que el presunto autor intelectual -según el fiscal de la causa- Esteban Ibar Pérez Corradi, está prófugo.
Punto final para la entrevista. No fue un cuento sino la realidad de uno (o varios) casos que, cada uno a su momento, tuvo y mantuvo la atención de la gente, contado por uno de los especialistas más prestigiosos en criminología.
La conferencia
El tema en conferencia bajo el título Sicarios, organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad Aconcagua, contó con una audiencia que desbordó la capacidad del salón de actos de calle Catamarca.
Ahí Raúl Torre, que es profesor titular en la carrera de licenciatura de Seguridad Ciudadana, con materias como Prevención de Conductas Antisociales y Delictivas, desarrolló el tema Sicarios en una exposición que además contó con imágenes inéditas de casos nacionales e internacionales, como el atentado de las Torres Gemelas.
También se anunció que, en fecha próxima, se dictará otra conferencia que versará sobre la narcocriminalidad, un tema de actualidad que será abordado por esta casa de altos estudios.