Cuando el martes pasado la vicegobernadora Laura Montero dio por caída la sesión del Senado, comenzó otra tarea que tuvo sus altos y bajos: la búsqueda de acuerdo con los dos senadores radicales díscolos que se plantaron frente al proyecto del gobernador Alfredo Cornejo, y pidieron más tiempo.
En la semana que pasó hubo varias reuniones y llamados para acercar a Raúl Ferrer y Walter Soto al oficialismo. Desde agosto pasado, los díscolos conforman un "sub bloque" dentro de Cambia Mendoza y esta semana, por segunda vez, frustraron los planes de Cornejo al decidir no entrar al recinto y dejar caer la sesión por falta de quórum (la oposición tampoco ingresó). El tema que los enfrentó es el proyecto para ampliar la Suprema Corte mendocina y llevarla de 7 a 9 integrantes.
“Sencillamente soy un legislador que, junto con Soto, en algún momento, empecé a ver que los proyectos pasaban demasiado rápido y sin el tiempo que necesitábamos para su estudio”, se presenta Ferrer, el senador que habla en representación del “sub bloque”, tal como denominan su espacio, aunque técnicamente no existe. En todo caso, están separados del bloque oficial.
El otro senador apartado es Soto, un santarrosino de perfil más bajo y que rara vez habla con la prensa o interviene en el recinto. Es un empresario radicado en Buenos Aires que viaja cada martes de sesión. En su faceta política, quiso ser intendente de su departamento pero declinó para dar lugar a Norma Trigo, a pedido de Cornejo.
Unos meses más tarde, fue él quien cambió los planes al Gobernador en la Legislatura. "Al final sirvió lo que hicimos porque se logró lo que pedíamos: tener una semana más para encontrar con quién charlarlo, alguien con una formación académica mayor", analizó Ferrer apenas habían transcurrido algunas horas después de la suspensión de la sesión especial, sin el acompañamiento de los díscolos. En este punto, el senador dijo que el martes próximo va a estar junto con su compañero en la sesión ordinaria para dar quórum.
Más allá de que Ferrer pueda sentir que ganó la pulseada, en el camino, dice, se perdió mucho "cariño". "Fue un desgaste innecesario para la política y los políticos. Creo que todos perdimos", evalúa Ferrer.
Con el resto que queda, el legislador planifica sus próximos cinco meses antes de que deje de ser senador y vuelva al llano. “No hemos negociado nada para nosotros ni para un pariente”, descarta ante las suspicacias de que los arreglos tuvieran que ver con algún cargo de por medio. En los debates pendientes, Ferrer repara en el Presupuesto y dice que analizará el pedido de endeudamiento.
Sobre el resto de los proyectos no tiene objeciones y anticipa que, hasta el último martes de abril de 2018, no se va a oponer a otras iniciativas conocidas hasta acá.
Una vez que desocupe su banca, Ferrer ubica su futuro en Las Heras, departamento del que vino y al que vuelve.
Allí lo conocen como una persona que siempre confrontó dentro del radicalismo departamental, una posición que promete volver a tener. “Lo que viene es un camino áspero y duro, nada que otros no hayan hecho. Estoy ubicado dentro del radicalismo y con una posición crítica a la conducción actual… no soy del sector oficialista”, se confiesa Ferrer.
Podría decirse que el senador siempre fue un opositor dentro de un partido opositor, si se tiene en cuenta que recién en 2015 la UCR volvió a ser gobierno (en Las Heras) después de 28 años de gestiones justicialistas. En ese regreso, Ferrer tuvo algo que ver: fue él quien auspició a Daniel Orozco. El actual intendente de Las Heras fue el candidato “oficial”, hecho que en su momento obligó a declinar de la misma aspiración a Néstor Parés, otro apellido fuerte en Las Heras.
“Los Parés y los Quevedo tenían el control partidario e institucional, en el Concejo Deliberante. Ferrer siempre los confrontaba electoralmente y siempre perdía. En 2009 emergió con la Concertación Ciudadana de Julio Cobos y su hijo, Eduardo, fue electo concejal en 2011”, cuentan en el departamento.
Ése fue su primer éxito. El segundo podría considerarse su incursión a la Legislatura, mientras que el tercero fue el posicionamiento del actual intendente. "Orozco parecía un hombre que no venía de la política pero no es así. Había sido candidato en 1995 y para nosotros era una persona conocida que luego no estuvo estado militando en la UCR por varios años", cuenta un Ferrer "desencantado".
Este último éxito se pondría entre comillas, ya que hubo un quiebre en la relación con Orozco a partir de una diferencia entre el intendente y uno de los hijos de Ferrer, Eduardo. Días atrás, también se había hecho público el hecho de que los dos hijos del senador trabajaban en la comuna, situación que fue cuestionada.
Entre las repercusiones y las diferencias con el intendente, los dos hijos decidieron renunciar junto con aquellos del sector de “los Ferrer” en el Ejecutivo municipal.
“Luego de eso nunca más nos hablamos (con Orozco); un caso similar a lo que pasa en la provincia”, compara y dice que se ve, en un futuro, siendo parte de un Ejecutivo municipal que “termine de hacer realidad la transformación”. Descarta querer ser intendente y reconoce a Orozco: “No digo que no haya empezado (la transformación), sino que soy más ambicioso en esto”.
En cuanto a su enfrentamiento con Cornejo, con quien no habló ni una vez desde que se fue del bloque, dice que su paso al costado no tiene que ver con no haber logrado la reelección. La aclaración está relacionada con la forma de la que se fue, si se tiene en cuenta que las diferencias suyas y de Soto salieron a la luz una semana después del armado de listas, de donde quedaron excluidos.
“Antes discutíamos puertas adentro y no somos Soto y yo, sino que hubo otros legisladores que también pidieron más días para tratar otros temas. No lo manifestamos antes porque estábamos aprendiendo lo que hacíamos. Es la primera vez que ocupo un cargo”, se defendió el radical.
El "minuto a minuto" de los acuerdos
El martes próximo se retoma la discusión que quedó pendiente la semana pasada. En la lista está el resistido proyecto de ampliar el Superior Tribunal, Avalúo e Impositiva; acceso a la información pública y la suspensión de la ejecución de créditos hipotecarios.
Los díscolos prometen estar y dar el quórum, es decir, sumarse a los 19 senadores oficialistas y así garantizar la mitad más uno de la Cámara. Se necesitan 20 para alcanzar este mínimo. Ferrer no canta su voto en torno a la ampliación de la Suprema Corte pero lo da a entender: “El proyecto tiene sus bondades”.
Esta postura fue anunciada luego de varias reuniones en búsqueda de acuerdo y en el “minuto a minuto” de estas negociaciones hubo cambios. Es que en el mismo momento en el que Ferrer dialogó con Los Andes, el Gobernador se refirió a la situación en conferencia de prensa y las repercusiones cambiaron el ánimo de Ferrer.
“No necesitamos que estén encima nuestro ni que nos ablanden”, manifestó en torno a los trascendidos y dijo que va a evaluar qué hacer.