Los comicios de ayer mostraron que los docentes y celadores mendocinos ratificaron la ubicación del SUTE dentro de la CTA-Yasky, cercana al gobierno nacional. Y rechazaron todo posible cambio a la CTA-Michelli, que se relaciona con sectores de la oposición política.
Esta nueva victoria de la Lista Celeste le da continuidad y permanencia a la agrupación con mayor vigencia en el gremialismo docente mendocino en los últimos cuarenta años.
Para encontrar los orígenes de la Celeste hay que remontarse a los ‘60, entre etapas iniciales en las que existían organizaciones múltiples y no un solo gremio. El Sindicato del Magisterio, la UGEM (Unión Gremial de Educadores Mendocinos) y los Maestros Independientes, de San Rafael, confluyeron en una única organización luego del Mendozazo, el levantamiento popular de 1971 que terminó con la intervención de Francisco Gabrielli.
Entre las principales figuras de la Lista Celeste se encuentra Marcos Garcetti, secretario general antes y después del golpe de Estado de 1976, que lo envió a prisión. Garcetti llegó a encabezar la Cetera a nivel nacional y se quedó con buena parte de las elecciones provinciales.
Pero sufrió dos derrotas en las urnas a manos de dirigentes desprendidos de su propia agrupación. Fue el caso de Raquel Bastidas (en 1992) y de Gustavo Maure (en 2001), en este último caso en alianza con la Lila de Alfredo Ginevra.