Raquel Blas vuelve a trabajar después de 14 años

La dirigente de ATE perdió su licencia gremial y será notificada para que retome su cargo de maestra en La Estanzuela.

Raquel Blas vuelve a trabajar después de 14 años

Entre lunes y martes de esta semana el Gobierno notificará a un listado de dirigentes de ATE que deben volver a trabajar porque perdieron su licencia gremial. En esa lista está incluida la antigua líder del sindicato de estatales Raquel Blas, quien volverá a ser la “señorita Raquel”.

Ante la consulta de Los Andes la dirigente dijo que "elegí mi carrera porque me encanta dar clases. No me hace nada, ni me va a restar en el sindicato porque tengo turno tarde".

En otro momento de la charla invirtió los roles y fue ella la que preguntaba:

-¿Cuál es el problema de que vuelva a trabajar?

-Es raro que un dirigente sindical vuelva a trabajar -respondió este diario.

-Si eso es lo raro estamos en problemas... Es lamentable que la noticia sea que un dirigente sindical tenga que laburar. Qué queda para los delegados gremiales; ellos tienen que trabajar, y son los que realmente construyen un sindicato.

El 11 de enero, Los Andes informaba que las actuales autoridades del gremio, encabezadas por Roberto Macho, habían informado al Gobierno provincial que a la ahora secretaria de Formación de ATE ya no le correspondía la licencia gremial, lo que significa que debe volver a su puesto de trabajo en la Dirección General de Escuelas (DGE). Tiene el cargo retenido en la escuela 1-675 San Francisco de Asís, ubicada en la manzana 35 del barrio La Estanzuela.

La licencia gremial es una figura que se aplica a los dirigentes sindicales para que no cumplan funciones en sus puestos de trabajo originales, pero sin perder el derecho de cobrar su sueldo de trabajador. Esta figura se aplica a dirigentes tanto del sector privado como estatal y no debe confundirse con los fueros sindicales, que protegen al dirigente de represalias por parte del empleador. Los fueros los tienen todos los que fueron elegidos para un cargo sindical, empezando por los delegados.

Antes eran compañeros de ruta, hoy están enfrentados. Cuando Blas era la secretaria general de la Asociación de Trabajadores del Estado, Macho fue creciendo en la estructura del sindicato: primero fue secretario gremial y luego secretario adjunto.

En 2015 Blas quiso dar el paso a la política y a ATE nacional sucesivamente; quiso ser senadora provincial por el Partido Obrero (PO) y no lo logró, quiso ser secretaria general de ATE nacional y tampoco llegó. Pero en la elección para renovar autoridades de ATE Mendoza quiso que su delfín fuera Macho, quien fue electo en setiembre y asumió en noviembre al frente del sindicato.

Desde entonces la relación se fue deteriorando, particularmente a partir del incidente del trozo de pan comido furtivamente en el Walmart de Las Heras por el actual titular del gremio. Hubo denuncias cruzadas: Macho denunció penalmente a su antecesora por malversación de fondos del sindicato, Blas denunció a su sucesor por acoso laboral y ante el Ministerio de Trabajo de la Nación porque supuestamente se habría escondido el libro de actas de ATE.

El último movimiento en la interna entre quien condujera antes y quien conduce ahora lo hizo Macho. En las últimas horas de 2016, la comisión directiva revocó licencias gremiales de un puñado de dirigentes cercanos a Blas, como el secretario adjunto Jorge Chávez y la propia Blas.

También quedó sin fueros Gabriela Blas, hermana de la antigua líder y también miembro de la comisión directiva del gremio.

“Se les ha retirado la licencia gremial a quince compañeros, pero vamos a seguir trabajando y vamos a seguir siendo parte de ATE. No vamos a dejar a los trabajadores afiliados librados a la voluntad de este personaje”, dijo en alusión a Macho.

En el Gobierno susurran que ATE tiene autoridades elegidas democráticamente y sin decisiones administrativas o judiciales que revoquen la legitimidad de esa elección; dicen que la nómina de bajas viene con la firma del propio secretario general del gremio. No hay mucho margen para hacer otra cosa que pedirle que vuelva a trabajar.

La decisión está tomada. De la lista de gente sin fueros sindicales, algunos ya han sido notificados y deberían haberse presentado a trabajar al otro día de la notificación, pero no lo hicieron. En esos casos, en las próximas horas se iniciará el sumario administrativo para echarlos del Estado.

En el caso de Raquel Blas, la notificación se producirá entre mañana y pasado. Es decir que, en el peor de los casos, Blas debería volver a trabajar el miércoles.

Por su rol, estuvo 14 años fuera de las aulas

A la pregunta de cuánto hace que no está frente al aula, Blas responde: “No me acuerdo. Son tres periodos por lo menos”. Ella asomó en la conducción de ATE cuando en 2003 se transformó en secretaria adjunta, época en que el líder era su actual pareja, Vicente Frezza. En 2007 fue electa secretaria general, y reelecta en 2011. Por las fechas de su ingreso a cargos sindicales, deben ser 14 años: tres periodos y medio.

Blas dice que “lo más triste es la firma de una paritaria a la baja, un hecho histórico que nunca pasó en ATE”, en referencia a la que firmó su sucesor, Macho, a fines de 2016 para los trabajadores de Salud. Macho firmó por 17% en dos tramos, 10% con el sueldo de febrero y 7% con el de julio.

“Sabíamos que haberse bajado los pantalones con la firma de este porcentaje en cuotas iba a tener una prebenda: aceptar la baja de las licencias. El Gobierno será responsable solidario”, argumentó Blas.

Entonces hizo la promesa de seguir la disputa en la Justicia, para recurrir la decisión de quitarle la licencia gremial. “Hay un estatuto que es violentado sistemáticamente. Todo eso va a terminar en las cámaras laborales federales. Se están tomando decisiones arbitrarias que requieren los dos tercios del cuerpo”. Tribunales federales porque ATE tiene personería única que posee el sindicato nacional.

Luego recuerda que entre los que pierden la licencia hay dos nombres claves: el secretario administrativo Héctor Suárez y el prosecretario Carlos Gómez. Suárez ya había sido corrido del cargo cuando Macho denunció a Blas por malversación de fondos.

“El secretario administrativo tiene control de la mesa de entradas del sindicato y firma el ingreso y egreso de las comunicaciones. Esto demuestra que este muchacho tiene la clara intención de tener un manejo cada vez más discrecional”, agregó.

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