"Rajá de acá”, la estrategia legislativa oficialista

Lo lamentable no es no dar quórum, un recurso admisible en la mecánica parlamentaria, sino actuar con desprecio y menoscabo de la función legislativa y de quienes la realizan.

"Rajá de acá”, la estrategia legislativa oficialista

En una reciente sesión en la que la oposición iba a reclamar  modificaciones en el impuesto a las Ganancias, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, instó a los legisladores del oficialismo a dejar el recinto para hacer caer el quórum.

Sin advertir que su micrófono se encontraba habilitado, dijo el titular de la Cámara baja: “Andate, rajá de acá”, frase fundamentalmente destinada a todo el bloque pero dirigida puntualmente y, en nombre de todos, a la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo, miembro del Frente Cívico y aliada del oficialismo. De ese modo el capitán del barco ordenó a su tropa para la evacuación.

Insólita actitud, porque lo que está en discusión no es la estrategia de dejar sin quórum la sesión por no querer abordar el oficialismo un determinado asunto, sino el modo utilizado para lograr su objetivo.

El recurso oficialista de abortar un debate no debe sorprender. Se esperaba, de la nueva conformación del Parlamento argentino surgida de las elecciones de octubre, una mejor calidad legislativa, basada en un mayor protagonismo de la oposición.

Sin embargo, desde los mismos sectores opositores se encargaron de bajar expectativas, por considerar que durante el presente año el kirchnerismo buscaría todos los medios a su alcance para frenar debates ásperos en el recinto de sesiones. Lo ocurrido con el impuesto a las Ganancias lo confirma.

Pero aquí lo que debe ser analizado no es tanto el recurso para trabar un debate que el poder político de turno no quiere dar, sino la forma para llevarlo a cabo, porque no dar quórum en una sesión es un mecanismo bastante habitual en un Parlamento, utilizado por oficialismo y oposición cuando los procesos previos a la sanción de una ley no logran consensuar posturas.

En el ámbito parlamentario el trabajo de las comisiones es el que debe marcar el rumbo hacia la sanción de leyes.

Cuando la diversidad de criterios hace imposible canalizar una sola postura en dicha instancia, es el recinto de sesiones el lugar para que, por votación, se diriman las diferencias. Es allí cuando el recurso de no dar quórum puede ser utilizado como expresión de disidencia con lo que se pretende abordar.

Hasta allí lo formal. Lo ocurrido con los conceptos del diputado Domínguez que se filtraron por un micrófono “indiscreto” va a contramano de la formalidad legislativa y la tolerancia de no dar quórum a la que nos referíamos.

En primer lugar, la expresión “rajá de acá” habla de un desprecio total por las formas que un parlamentario de jerarquía debe mantener y también de desprecio a la figura de quienes ocupan las bancas no por disposición, en este caso, del señor Domínguez, sino del voto de la ciudadanía.

Por otra parte, no compete a un presidente de Cámara direccionar a los legisladores de su partido, tarea que sí debe cumplir el titular del bloque. Más allá de las lógicas pertenencias políticas y partidarias, el presidente de la Cámara de Diputados debió en este caso mostrar el equilibrio que le confiere su cargo, que es ser la cuarta autoridad nacional en la línea sucesoria presidencial.

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