Sentado frente al televisor para mirar la final del Abierto de Francia de 2016, un lesionado Rafael Nadal no tenía modo de saber con certeza si recuperaría alguna vez el nivel de tenis que lo convirtió en el rey de la arcilla. Por segundo año consecutivo, el español no era protagonista del partido por el título del torneo más importante que se disputa sobre polvo de ladrillo. Al comenzar la edición de 2017, la sequía de títulos de Rafa en torneos del Grand Slam alcanzaba tres años completos.
“Fue difícil”, recordó Toni Nadal, tío y entrenador de Rafael. “Nos preguntábamos si él podría lograr esto otra vez”. Pudo, y lo hizo de manera impresionante. Mostró su condición imbatible de antaño sobre la arcilla de París y conquistó el Abierto de Francia por décima ocasión, un récord, al arrollar 6-2, 6-3, 6-1 a Stan Wawrinka en la final. Con ello, algo inédito. Ningún otro hombre o mujer ganó 10 cetros del mismo ‘Grande’ en la era abierta, que comenzó en 1968.
“Trato de jugar lo mejor posible en cada torneo, pero la sensación acá es indescriptible”, manifestó Nadal. “Es imposible comparar este lugar con otro. Los nervios, la adrenalina que siento en la cancha son incomparables con otra sensación. Es el torneo más importante en mi carrera”.
El español de 31 años lució apabullante de principio a fin frente al suizo, quien había ganado este certamen en 2015. En realidad, Rafa dominó a todos sus rivales en las últimas dos semanas para hacerse de "la décima", como él mismo se había referido a este título, haciendo un paralelismo con "la duodécima" coronación obtenida en la Liga de Campeones por el Real Madrid, su club predilecto en el fútbol.
Nadal ganó todos los sets que disputó en el torneo y perdió apenas 35 games, la segunda menor cifra por parte de cualquier tenista masculino dentro de un major en la era abierta con duelos a cinco sets. Además de mejorar a una foja de 10-0 en finales en Roland Garros, Nadal obtuvo su 15to trofeo en las grandes citas. Con ello pasó al estadounidense Pete Sampras y quedó en el segundo lugar de la tabla histórica, liderada por Roger Federer con 18 conquistas.
Antes de esta campaña el español hizo ajustes en su tiro de derecha y redobló esfuerzos en busca de tomar otra vez por asalto la elite del tenis. Eso fue lo que logró ayer, bajo condiciones idóneas para alguien que creció en Mallorca. El sol brillaba, había apenas alguna nube y la temperatura lindó los 30º Celsius.
Wawrinka no parecía un rival fácil. Tiene tres trofeos majors, incluido uno de Roland Garros, y jamás había perdido una final en Grand Slam.
Pero acusó el cansancio de la semis a cinco sets contra el británico Andy Murray, Nº1 del ranking ATP. El suizo de 32 años era el finalista de mayor edad en Francia desde 1973. Sus tiros carecieron de potencia y precisión. Después de un punto, Stan se inclinó, para recargar un brazo sobre la raqueta y el otro sobre una rodilla. Es que Nadal sabe desgastar a sus oponentes.
Y en la final estuvo perfecto. Ganó los 12 games en los que tuvo el saque, se salvó del único break que enfrentó e incurrió apenas en 12 errores no forzados. En el punto decisivo, cuando un tiro del suizo se fue a la red, Rafa se dejó caer de espaldas sobre la arcilla. Se incorporó y cubrió su rostro con su camiseta azul.
Era de nuevo el campeón indoblegable en Francia.
Rafael Nadal - Tenista español, campeón 10 veces de Roland Garros: "Quiero seguir peleando por cosas importantes"
“Siempre digo lo mismo: si lo he hecho yo, lo puede hacer otro. Pero se tienen que dar muchas circunstancias para llegar a esta cifra. No sé si yo voy a ver a alguien que me supere”, explicó Nadal tras batir a Wawrinka.
“Es algo que quedará y que no se había hecho en un torneo de este calibre en nuestro deporte. Me hace ilusión hacer algo así que quede para la historia”, señaló el campeón. “Ganar 15 es increíble y diez aquí todavía más”, añadió Nadal. “Mi motivación está todavía ahí. Quiero seguir peleando por cosas importantes como hoy (por ayer), ésa es mi motivación y por eso sigo jugando al tenis, porque tengo pasión por este deporte y porque tengo posibilidades de seguir luchando por los títulos más importantes”.
Nadal, de 31 años, tuvo un 2015 en el que la ansiedad se apoderó de él y después una lesión de muñeca cortó su progresión en 2016 cuando estaba camino de volver a su mejor nivel. El español indicó que siempre tuvo dudas durante ese período, pero aclaró que las sigue teniendo ahora.
“Tuve dudas todos los días, las dudas son buenas porque las dudas te dan la posibilidad de trabajar con más intensidad, de ser más humilde y aceptar que tienes que Trabajar duro para mejorar. Tuve dudas estos tres años, tengo dudas ahora y tendré dudas dentro de unos días”, explicó.
“Si no tienes dudas creo que eres una persona arrogante, y yo no me considero una persona arrogante. Yo he trabajado muy duro toda la vida”, cerró.