El robo de una cuantiosa suma en dólares, euros, joyas y un arma de fuego ocurrido el lunes en la noche conmocionó a los sanrafaelinos, no sólo por la cantidad de dinero -más de 2.600.000 de pesos- sino porque las víctimas son parte de una reconocida familia, descendiente de los pioneros de la Colonia Francesa, donde ahora está la ciudad de San Rafael.
Con violencia los delincuentes se llevaron unos 140.000 dólares, 9.500 euros, 45.000 pesos, un arma de fuego calibre 45, relojes de valor, y joyas.
Enrique Von Mengershausen (63) fue sorprendido el lunes a las 21, cuando abrió la puerta de su casa para que ingresara la empleada, una joven de unos 25 años que les cocina todas las noches. Desde la oscuridad del jardín le saltaron encima cuatro sujetos, encapuchados. Uno de ellos le clavó un destornillador en el cuello, lo llevó a las patadas para adentro de la vivienda, le puso una rodilla en la espalda y lo ató con las manos en la espalda con las corbatas de la víctima.
La joven, si bien no fue golpeada, también fue maniatada y recostada sobre las piernas de Von Mengershausen. Uno de los delincuentes se quedó vigilándolos, y de vez en cuando le pegaba patadas al dueño de casa, mientras el resto recorría la propiedad en busca de dinero.
En el interior de la vivienda también se encontraba Pablo, de 92 años -padre de Enrique- que estaba en la cama. Uno de los delincuentes entró a su habitación donde el hombre se encontraba estudiando historia y viendo fotografías. Sorprendido por el encapuchado, le preguntó qué buscaba y le dijo que se fuera.
A él también lo hicieron ponerse boca abajo y le reclamaron el dinero. El anciano les pidió que no rompieran nada, que él les daba lo que quisieran. En medio de esa tensa situación uno de los delincuentes accedió a que Pablo tomara su pastilla para el corazón. Ni él, ni su hijo, como tampoco la empleada recordaban haber visto armas, pero sí que actuaron todo el tiempo con mucha violencia.
Aparentemente afuera los esperaba otra persona o un vehículo para escapar. También es posible que manejaran la información de que en el lugar había dinero.
Como el mismo Enrique contó, todos saben que se dedica al negocio inmobiliario y "en San Rafael todos saben qué hago, que desde la calle Lisandro de la Torre hasta Dean Funes y desde Hipólito Yrigoyen hasta Sarmiento ha sido de mi familia y que fuimos loteando y vendiendo, incluso el loteo Garbín".
Los delincuentes -de unos 25, 26 años y uno de tonada porteña más grande, de alrededor de 40- permanecieron en la casa durante una hora. Luego huyeron y Enrique junto con la empleada lograron desatarse y dar aviso a la policía.
La casa de los Von Mengershausen se encuentra en la calle Ameghino, una arteria muy transitada, frente al parque Hipólito Yrigoyen, en la zona del Parque de los Niños, en el barrio Matile. Los vecinos no escucharon nada ni vieron movimientos extraños.
Enrique debió ser asistido por el Sistema de Emergencias Coordinado, especialmente por el golpe en el cuello: le produjo un corte. Sin embargo, no fue necesario su traslado a un centro asistencial.
"Con mi papá temblábamos como una hoja y nos abrazábamos dando gracias por estar vivos", concluyó Enrique.
Precursores de San Rafael
Los Von Mengershausen pertenecen a una de las familias pioneras de la Colonia Francesa, donde después se trasladó la ciudad cabecera del departamento. Pero la historia llega por parte de la rama materna, los Matile, y la llegada del suizo Paul Matile, que invitado por Rodolfo Iselín en 1887 arribó con la idea de invertir en el sur de Mendoza.
Así Matile compró tierras, que con los años fueron loteadas por sus sucesores, entre ellos Pablo von Mengershausen (hijo de Teresa Matile ). A principios de 1970 algunos se animaron a empezar a comprar y construir su casa en "las afueras de la ciudad", junto a las primeras viñas hacia el oeste, en lo que hoy es pleno centro y zona residencial por excelencia.
Pablo (Paul) von Mengershausen es un vecino muy apreciado, ha escrito varios libros contando la historia de San Rafael y el legado de las familias extranjeras que llegaron a estas tierras.
