Lo sabe todo el mundo: Abel Pintos es un gran lector. Es, afinando el concepto, un lector voraz, de esos que se pueden terminar un libro en un día.
Es más, según confesó a Estilo hace pocos meses, tarda (invierte) un promedio de cinco o seis horas en terminar un libro promedio (digamos, unas 250 páginas...). Y sí, las rutas interminables en sus giras tienen que ser aprovechadas de alguna manera. ¡Qué mejor que leyendo!
Pero lo que viene a ser una novedad ahora es que, después de sus infatigables lecturas y de recibir por parte de sus fans tantos libros de regalo, sorprendió a todos el sábado pasado (poco después de cantar en el casamiento de Messi) cuando publicó en sus redes que donaba sus libros a la biblioteca popular "Lucía", de la fundación Un Tatuaje por una Sonrisa que dirige Juan Pablo Rodríguez. Son algo así como 500, porque nunca los contó, que irán hasta ese rinconcito cordobés.
“Llegué a este momento en el que decido regalar mi biblioteca, 500 ejemplares o algo así de distintos estilos y temáticas, que ya me han acompañando mucho tiempo y siento que me haría muy feliz que puedan brindarle a alguien más cosas hermosas como a mí me han brindado. Si son interesantes, o no, es una cuestión subjetiva, de gustos, pero lo que sí les puedo asegurar, es que son universos maravillosos”, escribió.
También hubo cuota de agradecimiento a los fans: "Muchos de estos libros que tanto disfruté, me los regalaron amorosamente en conciertos, en la calle, etc. y los disfruté valorando mucho el gesto que tuvieron de compartir conmigo objetos tan entrañables con todo lo que llegan a significar para uno, como hoy decido hacerlo yo también".
Y siguió: "Gracias de todo corazón por haberme permitido tenerlos en mis manos y espero que nadie tenga que sentirse ofendido porque regale algo que me regalaron, sinceramente, creo que es lo mejor que nos puede suceder, para seguir creciendo, a ellos y a mí.”
¿Qué leyó Abel?
A simple vista, vemos escritores clásicos latinoamericanos, como Borges ("Ficciones"), Cortázar ("Último Round") y García Márquez (una poco difundida crónica de viajes por Europa, aunque se sabe que ha leído sus ficciones), Vargas Llosa... También Truman Capote, de quien ha leído -por lo menos- los cuentos completos. También visitó a Bukowski y a la filosofía francesa, con los ensayos del humanista Michel de Montaigne.
Pero párrafo aparte merecen sus favoritos. Y el que se gana sus preferencias es uno célebre por su argumento sencillo y su prosa entrañable: "Mi planta de naranja-lima" de José Mauro de Vasconcelos, aunque también ha reconocido muchas veces (en sus redes suele mantenernos actualizados sobre sus gustos) ser fanático de Haruki Murakami.
Y sí: Sus fans le responden y le agradecen los consejos de lectura. “Gracias a vos conozco este autor, pronto a leer sus libros”, le escribía una de ellas en el 2013, bajo el tweet donde recomendaba “Baila, baila, baila” del japonés. Seguido, otra fan le hacía saber su emoción al ver que estaba leyendo el libro que ella misma le había regalado.
De esta pasión nació el hashtag #literaturasi, donde se pueden conectar las frases de libros que de alguna forma cautivan. Así la comunidad musical dio paso a una comunidad literaria.
Esta sinergia seguirá funcionando, cabe pensar. Solo comenzará una nueva etapa.