Denuncias que se acumulan, hechos que se investigan y causas penales que buscan esclarecimiento. La lucha contra la inseguridad en Mendoza es ardua y a veces resulta invencible, más allá de la prevención y los avances que se registran. Pero ¿cuál es el delito que más se repite en la provincia?
Teléfonos por zapatillas
Sin dudas, los delitos que aparecen a la cabeza en las estadísticas de la Policía y la Justicia son los robos y los hurtos. Dentro de ellos, los celulares son el botín más preciado por los delincuentes.
Como en los 90 los pares de zapatillas de moda eran el objetivo de los ladrones, ahora su obsesión son los modernos equipos móviles.
"Los buscan porque saben que la venta les puede dar buena plata y se los sacan rápido de encima", explica Gonzalo Marzal, uno de los siete fiscales de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos. Hoy, en promedio, un aparato moderno cuesta unos $ 15.000, siendo ofrecido en el marcado negro a mitad de precio.
La sustracción de un teléfono se da a diario en Mendoza, ya que los malhechores aprovechan la situación ocasional en la calle; lo mismo ocurre cuando planifican un asalto. "En la vía pública, si se les da la oportunidad, se roban un celular. Cuando entran a una casa o a un negocio también buscan llevarse alguno", confía otro pesquisa vinculado a estas investigaciones.
A pesar de que estos equipos cuentan con el sistema de geolocalización para su rastreo y seguimiento, esto no parece impedimento para los amigos de lo ajeno aunque, conociendo esto, rápidamente los ponen a la venta.
Dinero, TV y computadoras
Luego de los celulares, que ocupan el primer lugar de forma exclusiva, los asaltos domiciliarios siguen siendo otra de las tentaciones de los delincuentes. Si bien en estos atracos también se hacen de teléfonos, el botín se amplía en muchos casos con dinero y electrodomésticos.
"Todavía es común que carguen un auto y se lleven todo lo que puedan, más allá de que esto es más arriesgado", revela una fuente. Los televisores y las notebooks son de los elementos más buscados en las viviendas.
En el caso del dinero robado, los montos son relativos, salvo cuando van con un dato preciso y por una suma tentadora. También el asalto en la calle para quedarse con una billetera, y por ende con plata, son una modalidad muy repetida y denunciada.
Autos, motos y ruedas
El robo de autos, motocicletas, ruedas y autopartes es también otro de los objetivos que tiene la delincuencia. Muchas veces usan los rodados sustraídos para cometer otro ilícito y después descartarlos, o bien se da el hurto de sus componentes para ubicarlos en los talleres clandestinos.
Actualmente en Mendoza el promedio de vehículos robados es de cinco por día y los investigadores aseguran que estas estadísticas van bajando progresivamente.
"Tratamos de atacar el delito de manera integral. Después del robo seguimos el camino que hace el auto que, por lo general, va al desarmadero", expresa el fiscal de Sustracción de Automotores Mauro Perassi.
"Hacemos allanamientos prácticamente todos los días; es la manera de desactivar esa organización delictiva. Es complejo porque hay todo un mercado negro y hasta se cometen robos a pedido. Los ladrones van a buscar lo que les piden del algún taller trucho", agrega.
El trabajo de esta fiscalía especializada permitió que durante 2018 se condenara a 144 personas vinculadas a estos hechos, mientras que en 2019 ya son 128.
Denuncias, aprehendidos y sentencias
La dificultad de combatir el delito queda de manifiesto en la cantidad de expedientes que acumula la Fiscalía de Robos y Hurtos. En promedio, unas 100 denuncias llegan por semana al despacho de los fiscales.
En cuanto al avance de los casos, se ordenan unos 15 traslados semanales de los acusados al penal. Y ya cerrando las causas, sólo en este año, de enero a septiembre, han logrado 590 condenas por robos.
"Estoy muy satisfecho con los números que tenemos y por cómo estamos bajando las estadísticas. Es una muestra de la complementación que hay entre las políticas de prevención y persecución penal", resalta el Procurador de la Suprema Corte y jefe de los fiscales, Alejandro Gullé. Y cierra: "Se busca romper con el circuito de impunidad".
