Elegir el vestido adecuado, el peinado y el ramo es, sin lugar a dudas, uno de los momentos más emocionantes para las novias. Ese vestido que se empieza a gestar meses antes en la cabeza de la afortunada mujer quien dará el sí para toda su vida. Así los detalles se convierten en fundamentales. La forma, el diseño, la tela, el estilo, el color... La ilusión de una noche (o día) mágico se mezclan con las idas y venidas de la boda. En el medio están las flores que acompañarán a ese traje de novia, y que hoy se convierten en verdaderas protagonistas.
Tanto es así que en la Semana de la Moda de Novias, que se realizó este mes en Nueva York, las flores blancas le dieron paso al color.
Cada novia tiene su estilo y responde a una tendencia, ellas sabrán cuál es el bouquet más adecuado. Sin embargo los diseñadores proponen la tendencia de las flores fucsias, azules, moradas, violetas, naranjas, rojas y hasta amarillas. De esta manera el ramo se convierte en una pieza trascendental del vestido; ya que lo cambia completamente.
Carolina Herrera y Oscar de la Renta eligieron para esta temporada ramos llenos de narcisos, peonías y, para las más exóticas, calas. En sus pasarelas los ramos aparecieron grandes pero con una consigna más que clara: que abunde un solo color. Es decir, si las flores son narcisos azules entonces no se los debe combinar con nada más, lo mismo sucede con las peonías fucsias, rojas, naranjas y amarillas.
Otro toque original de esta Semana de la Moda Internacional fue acompañar a los ramos con ramas de almendros, espigas o cascadas de orquídeas.
Carolina Herrera propuso, incluso, un arreglo con ramas pintadas de plateado y muy pocas flores color crema y un original ramo que estaba conformado sólo por espigas de trigo (sin la presencia de ninguna flor).
Vera Wang también reflejó la nueva tendencia, e incorporó ramas adornadas con flores; uno de los bouquet más dramáticos e importantes de la pasarela. Para finalizar este repaso, existe una propuesta que directamente echa por tierra a las flores. Se trata de ramos elaborados con materiales sintéticos. Un adorno que dura para toda la vida.
¿Qué elegir?
Escoger, entre el mar de propuestas, al más adecuado es todo un desafío. Sin embargo hay algunas reglas que se pueden seguir y que sirven para no equivocarse. Para esto primero hay que evaluar las dimensiones del vestido, la altura de la novia y la silueta.
Un ramo petite es perfecto para las damas que son pequeñas mientras que para las más altas lucen mejor los ramos grandes. Los expertos indican que el ramo debe ser, de esta manera, directamente inverso a la talla de la mujer.
Pero hay más. Los ramilletes son mejores para las novias de baja estatura y delgadas mientras que los bouquet redondos o las cascadas de flores se lucen más en las chicas más altas y de más peso.
El vestido es otro punto fundamental. Si es muy grande el ramo deberá ser importante o exótico, de otra manera se perderá entre tantas capas de telas. Si el vestido es al cuerpo o corto entonces se pueden elegir ramos pequeños de flores frescas como las rosas, calas o anémonas.
Cuidado con los trajes de novia donde abunda la pedrería. El ramo no deberá tapar los detalles y el bordado que tanto costó realizar en el vestido. Así si el traje tiene un detalle importante en la cintura, entonces habrá que evitar los ramos con forma de cascada ya que éstos anularán la creación.
Para terminar: si el vestido es muy cargado, si combina bordado con encajes y vuelos, entonces el ramo deberá ser sencillo. Y, por el contrario, si éste es demasiado simple entonces se podrá elegir algo más exótico. Lo importante es respetar el estilo de la novia y disfrutar luego de los resultados.