Racing venció a Sporting Cristal, en el estadio Nacional de Lima, por la cuarta fecha del grupo 8 de la Copa Libertadores. De esta manera recuperó los tres puntos que había perdido ante este mismo rival en Avellaneda en la jornada anterior. Pese a que se enfrentaban los dos equipos que surgen como candidatos para estar en octavos, no hubo especulaciones desde el arranque hasta el final, ya que ambos salieron en pos de la victoria.
Durante el PT fue el local el que merodeó con mayores expectativas el área rival, algo que se invirtió en el tramo inicial del ST. Y esto se dio así porque a mano con el ideario futbolero de los técnicos, sus equipos no saben defenderse si no es con la pelota en su poder, y cuando la poseen, la obligación pasa simplemente por atacar.
Por eso tanto Penny como Saja tuvieron que trabajar a destajo, poniendo de manifiesto que ambos equipos cambiaron ataque por ataque, constituyéndose el medio campo en una zona de tránsito rápido. Esto derivó en un desarrollo intenso y emotivo, algo poco habitual en la Libertadores y sobre todo en primera fase.
Por eso estos 90’ fueron una extensión de los que se jugaron en Avellaneda donde los peruanos salieron airosos 2-1. Tanto en un escenario como en otro, a las precauciones se las guardaron por convicción más que por necesidad. Por eso de tanto ir, el gol debía llegar por acciones de juego ofensivo y no por un error, como suele ocurrir en partidos cerrados, pero paradójicamente la Academia llegó a la apertura por una grosera falla de Revoredo, que entregó corto a su arquero y permitió el anticipo de Núñez, a quien le cometió penal Penny.
Fue entonces hora de que el retornado Milito pusiera sobre el tapete toda su jerarquía para marcar la primera ventaja con un remate lanzado a la derecha. Con la mínima diferencia el anfitrión redobló la apuesta y obviamente abrió espacios atrás para un Racing inteligente, que no retrocedió sino que masificó posiciones en ataque y así tuvo la oportunidad de rematar la faena con un golazo de Videla.
Así las cosas, Racing, que recuperó en Lima lo que se le había escapado en Buenos Aires, está en la frontera de la clasificación y necesita un punto de seis posibles.
