Cuando llegué a Mendoza, a Jaime Roos lo conocían los músicos; a Falta y Resto y Araca Lacana la conocían un par de zurdos que andaban por ahí.
No era masivo como lo que pasa hoy con las bandas uruguayas No te Va Gustar, La Vela Puerca, que utiliza la sonoridad de la murga.
Ahora la murga está muy presente, por no hablar de Bersuit. Y después empezaron a venir con mayor fluidez las murgas uruguayas para acá.
De alguna manera di el puntapié y me tocó estar ahí. Todo empezó en el '98, en la escuela popular de Teatro, a raíz de una idea de Mariú Carrera. Ella me convoca para hacer el primer taller de murga que luego desembocó en una agrupación. Creo que coincidió con un momento donde todo colaboró con esta expresión artística prendiera de determinada manera.
No me quiero adjudicar el título de referente, coincidió con un momento. Pero más allá de mi trabajo hay un montón de murgas que hacen un trabajo excelente. El género maduró mucho en los últimos años y la gente nueva, entiende la esencia y rescatar lo mejor de la murga.
Con "No hay plan B", el cuarto espectáculo de la Murga El Remolino estrenamos el 4 de setiembre. Siempre uno está expectante, porque en la sala de ensayo te cuesta ser objetivo, sobre todo con las cosas que uno hace con tanto cariño.
Te parece que todos los chistes son buenos, que es una linda canción y a la gente no le pasa nada. Pero nos sorprendió gratamente la respuesta del público.
Esta obra nos agarra un poco más viejos y con más experiencia… llegamos más maduros. Esta vez llegamos con el espectáculo bien ajustado, como queríamos.
En vista de la realidad, de la situación que nos hemos puesto, como sociedad como país, es lo que elegimos y bueno… no hay plan B.
Esto es lo que tenemos y con esto hay que darle para adelante. No nos queda otra que cantar con la murga, sobre nuestra realidad.
Tengo la dirección escénica y arreglos vocales. Y las letras son de José Pelo Merelo, las puntas, presentación y retirada. Y también está el cuplé del Cartonero. Después hay varios cuplés escritos por Andrés Pérez y un salpicón de actualidad, que es una creación colectiva.
¿Si la historia se repite? Siempre. Hay temas que son recurrentes, porque pasan los espectáculos y la problemática sigue estando.
Entonces como no tocarlos. Con “No hay plan B”, no quería tocar el tema de la inseguridad y terminamos haciendo un cuplé de la inseguridad. Cómo no vamos a hablar de lo mugrientos que somos y no cuidamos el lugar en que vivimos. Es lo que somos, aunque nos duela.
Nos quedó un espectáculo más reflexivo que humorístico, casi sin querer. Lo supimos cuando estaba terminado.
Porque la crítica es la esencia de la murga. Como dice el reglamento del carnaval: “La crítica, satírica y mordaz”. Es crítica, es denuncia, siempre en los códigos de la murga. Es una expresión carnavalera aunque hacemos murga todo el año. Siempre va a estar ligada la crítica, el humor, el chiste permanente.
Para hacer murga tenés que sentirlo, uno vibra con eso y te lleva. Para mí es un estilo de vida, uno vive para eso. Aunque haga otras cosas y toque con otros grupos, siempre está presente. Cocino y suena algo, y me imagino esa melodía para la murga. Cuando veo una noticia la guardo para el salpicón. Es parte de cotidianidad.
Este año cumplimos el décimo Encuentro de Murgas al Estilo Uruguaya y la idea es festejarlo a fines de noviembre. Hicimos el primer encuentro antes de cumplir un año con El Remolino. O sea, que tenemos más encuentros que años.
La murga El Remolino es una gran familia. Nos une un afecto muy grande y el ideal y el propósito de saber cuál es nuestra función como murguistas. Todos queremos estar y estamos de acuerdo con cantar lo que se canta.
Hay mucho cariño y respeto, nos puteamos pero con respeto (risa). Lo que me pasa a mí le pasa al resto, estamos expectantes. Una pareja cose un botón, otro manda una idea por mensaje para el salpicón, otro lleva una torta para el camarín.
Desde mi experiencia, el trabajo en la murga tiene que ser constante, tiene que haber una crítica permanente hacia uno mismo y hacia los espectáculos, para mejorarlos lo más conscientemente posible, y finalmente se logre un producto artístico que compartimos con la gente.
Y no olvidarse nunca de la raíz, siempre hay que mirar a los viejos, como plantaron y cuidaron esa semilla. Y a esa esencia aportarle todo el bagaje de hoy y la polenta de la juventud.
La ficha
Murga el Remolino presenta "No hay plan B".
Dirección: Quique Öesch.
Día y hora: hoy, a las 21. Repite domingo 23 y 28 de octubre.
Lugar: sala Vilma Rúpolo espacio Julio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén).
Entrada: $100, $50 (niños de 7 a 10 años).