Peces devenidos en hermafroditas por restos de anticonceptivos y cremas que van a parar al agua; tortugas que ponen huevos hembra por el calor y hasta animales que cambian de sexo: lo que está pasando a nivel mundial con los ríos y mares da de comer a los profetas del Apocalipsis.
Para colmo, frenando esta contaminación no se logra demasiado, porque el efecto invernadero también influye en la sexualidad y las alteraciones en la fertilidad de algunas especies.
El aumento de las temperaturas oceánicas está provocando que la población de tortugas verdes en la parte norte de la Gran Barrera de Coral se esté tornando eminentemente femenina, según revela un estudio publicado en el Current Biology Journal. Esto hace que más del 99% de los huevos nazcan hembras.
El informe, hecho por científicos australianos y estadounidenses alerta sobre la feminización: “Si la temperatura media global aumenta como está previsto 2,6 grados para 2100, muchas poblaciones de tortugas marinas están en riesgo de que se mueran sus huevos y de que estos sólo den crías hembras”.
A este estudio la anteceden otros que auguran el fin de los peces macho en algunos ríos, sobre todo en Europa, y los cambios corporales y hormonales de animales marinos.
La revista Nature reveló hace unos años que el etinil estradiol, un estrógeno derivado del estradiol que se usa para los anticonceptivos, irremediablemente acaba en los cauces y metamorfosea a sus habitantes.
“Más de cien millones de mujeres en el mundo utilizan la píldora”, alertaba la revista. “El etinil estradiol, el ingrediente más activo y otros estrógenos, son excretados a través de la orina de las mujeres a las aguas residuales y terminan en ríos, estuarios y lagos”.
¿El resultado? Se cambian los ciclos reproductivos de los peces, porque los machos, en los ríos europeos, desde hace tiempo que desarrollan características femeninas, como la capacidad de producir proteínas para formar huevos en los testículos.
También hace que nazcan más hembras que machos, aunque varias de esas hembras tienen los ovarios malformados. Otros nacen machos y cambian a hembra en etapas tempranas de desarrollo.
“Hay evidencia científica creciente de las consecuencias en las especies salvajes”, alerta Chem Trust, una prestigiosa organización mundial que estudia las consecuencias de los químicos en el ambiente. Chem Trust asegura que peligran especies de peces, pájaros y tortugas.
La transexualización animal parece de ciencia ficción, pero los Gobiernos de todos los países europeos estudian el fenómeno, aunque no saben cómo frenarlo. ¿Quién y cómo se limpia el agua hormonada? ¿Cómo hacen para dejar de orinar las mujeres que toman estrógenos?
En la Universidad del País Vasco (UPV), por ejemplo, constataron que había hasta mejillones hermafroditas en la comarca de Urdaibai, una Reserva de la Biósfera.
“En Urdaibai se están generando alteraciones en los aparatos reproductores de algunos organismos y comienzan a proliferar los peces bisexuados y los mejillones hermafroditas”, informó la Universidad.
Este año, la revista Marine Biodiversity Records, el Instituto Español de Oceanografía, financiado por la Unión Europea, detectó varios ejemplares de la especie bacoreta “que presentan intersexualidad, lo que nunca se producía en esta especie”.
Ahora el gobierno británico prohibió el uso de microplásticos en los cosméticos como exfoliantes de cara, pastas de dientes, geles de ducha y otros productos.
“Los mares y océanos del mundo son unos de nuestros recursos naturales más valiosos”, argumentó la ministra de Medio Ambiente, Therese Coffey, quien dijo que los “preciados mares están devastados”.
“Aún hay muchos productos que no están incluidos en la prohibición, como cremas solares y maquillajes”, agregó. Es un solo país frente a una humanidad que está alterando todo.
Ahora se estudia qué consecuencias tiene para el humano consumir animales hormonados y agua cuyos químicos son imposibles de quitar con una potabilización. ¿Incide en los altos índices de infertilidad? ¿Cambiará la sexualidad humana también?
El tema da qué hablar y alimenta a los que auguran la cercanía del fin del mundo. Vamos a acabar todos contaminados, asexuados, con huracanes por cambios climático, calores insoportables, sin comida y sin agua.
Lo cierto es que el fin del mundo nunca va a llegar. La Tierra, en todo caso, se sacudirá de encima a los humanos. Pero no se va a acabar, porque sobrevivió a miles de especies. Nos acabamos nosotros, por nosotros y culpa de nosotros.
