Sabe a poco. En especial, para Quilmes. ¿A qué se hace referencia? Al empate que se dio en el sur ante Racing Club (1-1). Un resultado que no les aportó demasiado a los dos, aunque al que asentó mejor fue al equipo visitante. Los de Blas Armando Giunta fueron los que más buscaron, pero terminaron con algunas caras largas al no conseguir su propósito, especialmente para engrosar el promedio. Los de Mostaza Merlo, en tanto, se quedaron más conformes, aunque siguen en el fondo de la tabla de posiciones del torneo Inicial.
¿Qué ofreció el primer tiempo? A la hora de analizar los rendimientos de ambos equipos, el dueño de casa siempre fue un poco más. Por idea, por la manera en que se desenvolvió en el campo de juego, con Miguel Caneo como abanderado al organizar el juego.
Y, por momentos, el local fue más prolijo que la Academia, con un planteo ofensivo, aunque sin mostrar demasiada conexión entre los intérpretes Rodrigo De Paul, Luciano Vietto, Valentín Viola y Gabriel Hauche.
Poquito para el elenco de Merlo, a pesar de esa idea ambiciosa. Al haber mostrado mejores credenciales, Quilmes tuvo su recompensa: tras un tiro libre, la defensa de Racing quedó enganchada y Caneo, habilitado, definió perfecto a la derecha frente a un Sebastián Saja que poco pudo hacer. Justo, si es que debía haber un ganador al cabo de esa primera parte.
En el segundo tiempo, Merlo metió mano, sin temblarle el pulso. Sacó a Vietto y se la jugó por otro juvenil de la institución como Juan Dinneno. Y en la primera que tuvo, el pibe respondió con un gol.
Tras ello, el entrenador racinguista cambió el esquema. Reforzó el medio y apostó a la contra, dejando venir al dueño de casa. Quilmes tuvo acercamientos, aunque no estuvo fino en la estocada final ante un Racing mezquino. Y tampoco contó con suerte, como ese cabezazo de Matías Morales que terminó dando en el travesaño. Siempre fue el que más intentó, pero no encontró su premio.