Una escuela tradicional de la Quinta Sección, la Francisco Laprida, sería trasladada transitoriamente por reformas y ampliación a una dirección de Las Heras, pero el cambio no es aceptado por los padres de los alumnos que concurren a la institución.
La controversia se planteó ayer por primera vez, cuando funcionarios de la DGE comunicaron la novedad a los padres.
La Laprida, ubicada en Paso de los Andes 78 (casi Luzuriaga), es en realidad un centro educativo, ya que allí funcionan también el jardín de nivel inicial Agnes Gonxha; el colegio Cóndor de los Andes y el Cens Josefa Dominga Balcarce.
El año pasado se planteó la necesidad de ampliar y remodelar el jardín Gonxha, obra que no solo beneficiaría a esa institución sino también a todo el conjunto, ya que incorporaba una sala informativa, oficinas administrativas, una sala de uso múltiple (SUM), cocina y depósito, nuevos sanitarios y salas para docentes y otra para supervisores.
De acuerdo a la subdirectora de Educación Primaria, Alicia Lena; el delegado regional zona Norte, Luis Rodríguez ; y la directora de la escuela, Mónica Romeu, la obra tuvo que interrumpirse. Las razones: no era prudente trabajar con el alumnado cursando y también porque en la parte oeste del terreno se detectaron hundimientos, cuadro que no hace peligrar la estructura general pero que obligó a parar los trabajos. Además, la Municipalidad de Capital emplazó a la DGE a suprimir casillas de chapa que se usan como aulas para los alumnos mayores.
Con ese cuadro de situación, se dispuso proponer que las clases del ciclo 2014 de la primaria (aproximadamente 162 chicos) y de la secundaria se trasladen a un local del barrio Cementista (Río Picheuta y 17 de Octubre, Las Heras). Ese sitio fue un salón de fiestas pero también una escuela, ya que allí funcionó la José P. Dávila hasta que tuvo su edificio nuevo.
Para los arquitectos de la DGE, ese inmueble es apto, tiene conformación escolar y aunque no dispone de un patio descubierto, sí posee uno techado. Sin embargo, muchos de los padres que llevan a sus hijos a la Laprida -que en general viven en los alrededores de la escuela y en barrios de Villa Hipódromo- rechazan la mudanza por la lejanía con sus hogares. También reprochan que "en un año y medio (desde que se decidió hacer la obra) la DGE solo trajo una oferta", la de ayer.
"Hay que buscar una ubicación más cercana; 50% de las familias de la primaria vive cerca de la escuela", expresó Vanina Molina (36), con un hijo en cuarto año. Algo similar dijo Nicolás Gil, que tiene un hijo en primero: "Me resisto a salir de esta zona". Otra mamá, Analía, planteó que de prosperar la mudanza tendrá que tomar dos micros para llevar a su nena de 5 años a clase.
La discusión, por momentos, fue áspera y no terminó con una decisión, sino que las partes se comprometieron a arrimar nuevas posibilidades cuando se vuelvan a encontrar; pero siempre con la premisa de que habrá que salir de la actual localización en algún momento y por el tiempo que duren las obras. Como contrapartida, el Estado se haría cargo del traslado del alumnado a la nueva escuela desde la actual sede.
Los padres se comprometieron a traer para el lunes 30 algunas opciones más cercanas, como una escuela privada de Godoy Cruz. Sin embargo, no faltaron quienes manifestaron no tener inconvenientes de ir a Las Heras, ya que habitan en ese departamento.
La obra durará, según las autoridades, un año y medio, es decir hasta mediados de 2015, siempre que no ocurran inconvenientes que prolonguen los plazos.
