Horas decisivas se viven en los principales partidos políticos de la provincia y el Partido Justicialista no es una excepción. Es que el adelantamiento de las fechas de los comicios propiciado desde el partido en el Gobierno provincial también a adelantado las definiciones.
El peronismo mendocino se prepara para una apretada agenda en el mes de febrero: un congreso provincial para habilitar la conformación de frentes y alianzas antes del 18 de febrero, un sondeo de los humores sociales y la imagen de sus precandidatos a mediados de mes, con el objetivo de llegar a la presentación de listas de candidatos el 28 de febrero.
El cronograma electoral apura a todos los partidos políticos. El hecho de que el gobernador Francisco Pérez haya decidido fijar la fecha de la Primaria Abierta, Simultánea y Obligatoria (PASO) el 19 de abril, desencadenó la hora de definiciones para todos los que quieran participar en esa instancia y llegar a la elección general el 21 de junio.
La ley 8.619 (suspendida por el gobernador Pérez en la parte del financiamiento estatal de las campañas) indica que 60 días antes de la PASO deben inscribirse las alianzas y frentes electorales que pretendan competir en la primaria. Esa fecha se cumple el 18 de febrero, por lo que el peronismo tiene tiempo hasta esa fecha para hacer el retoque de su carta orgánica.
El vice gobernador Carlos Ciurca y el subsecretario legal y técnico de la gobernación Gustavo Tobares, confirmaron la realización de un congreso partidario antes de esa fecha tope; tentativamente se habla del 7 de febrero.
Se tratará apenas de un trámite y un ritual repetido en el peronismo mendocino cada vez que se lanza la carrera electoral, con el objetivo de abrir al PJ a la conformación del Frente para la Victoria.
Cinco días después, las listas que lideren los aspirantes deben hacer la reserva de colores y número para su boleta. El 28 de febrero (50 días antes de las PASO) deben presentarse las nóminas de los precandidatos que pretendan competir en la primaria. Esa fecha es el límite y es ahí cuando se sabrá con certeza quienes aspiran a los cargos electivos provinciales.
El peronismo parece venir corriendo desde atrás. Tiene muchos aspirantes a la gobernación; en los corrillos de la política se sabe que no todos los que dicen querer ser realmente serán, o porque sólo quieren negociar otras candidaturas, o porque no cuentan con los apoyos necesarios para llegar.
Esa definición es el real apuro. Un mes es una eternidad en política, pero esos 30 días pasan muy rápido. Hay demasiados anotados (en principio 9: el diputado Jorge Tanús, el intendente Rubén Miranda, el senador nacional Adolfo Bermejo, el director de YPF Omar Félix, el diputado nacional Guillermo Carmona, el titular de Irrigación José Luis Alvarez y los ministros Diego Martínez Palau, Marcelo Costa y Matías Roby). Para el 28 de febrero apenas deberían quedar 3.
Por ahora todos juran que están en carrera, sin embargo algunos aparecen más débiles o más solitarios que otros. Es que con la suspensión del financiamiento estatal de las campañas decretado por Pérez, ser precandidato supone contar con recursos cuantiosos.
No faltan quienes indican que hacen falta como piso mínimo 10 millones de pesos para enfrentar la primaria con algunas posibilidades de llegar.
Si a esto se le suma la necesidad de estructura para llenar todos los casilleros electivos y poder poner fiscales, queda claro que el decreto de suspensión del financiamiento de Pérez ayudó a los que ya ostentan el poder en el PJ o los que tienen más “amigos” que los ayuden en la patriada.
La única salvación para todos los anotados es que realmente midan en las preferencias de los electores y que sea la estructura del PJ o al menos parte de ella la que los bendiga y los cobije. Y esa instancia está prevista.
Son muchos los que creen que a mediados de febrero se realizarán sondeos de opinión que se pondrán sobre la mesa de la discusión previa al 28 de febrero.
No es que el poder de las encuestas sea inapelable, pero los que midan o los que puedan exhibir un techo de crecimiento más elevado serán los que podrán hacer valer algún argumento que les permita seguir en carrera. Después de los sondeos, vendrá otro clásico: encerrarse en un hotel de la Ciudad y terminar de cocinar una de las listas que competirá en la PASO del 19 de abril.
Y esa lista será la del peronismo tradicional, el de los dirigentes dueños del aparato, dónde revistan los azules de Juan Carlos “Chueco” Mazzón, los de la Corriente de Carlos Ciurca, los de Integración peronista de los hermanos Omar y Emir Félix. De esta instancia debería salir un precandidato de consenso que represente al poderoso PJ.