Un grupo de personas trabaja contra reloj para elaborar un recurso de amparo antes del lunes, que les permita frenar la fumigación por avión de -dicen- 115 mil hectáreas de cultivos de vid, distribuidas en toda la provincia. Es que, argumentan, no hay precisiones de cuáles podrían ser las consecuencias para la salud de las personas que viven en las zonas rurales, como tampoco para la fauna benéfica y las abejas.
Martín Betancud, integrante del Centro de Ingenieros Agrónomos de Mendoza, comentó que se enteraron por redes sociales de que Senasa e Iscamen tienen planeado realizar esta fumigación para luchar contra la polilla de la vid. Esto, porque no les llegaron suficientes feromonas -el método que se utilizaba hasta ahora para combartirla- y además, porque esto resultó ser poco efectivo en pequeñas extensiones de viñedos.
En una reunión que se realizó el viernes, desde los organismos involucrados explicaron que se utilizará una droga denominada chlorantraniliprole, que es un producto de banda verde, es decir de baja toxicidad. Sin embargo, Betancud resaltó que es baja, no nula, y que el glifosato también es banda verde y cancerígeno. Por otra parte, señaló que la que usarán es una molécula poco conocida y que no hay precisiones de los efectos sobre la población.
Aunque no se fumigarán las zonas periurbanas, o de transición entre las urbanas y las rurales, sí se aplicará en estas últimas. El ingeniero agrónomo planteó que, por el modelo productivo mendocino, hay muchas personas que viven en las áreas rurales y que no se ha hecho un relevamiento previo para conocer, por ejemplo, dónde hay niños y mujeres embarazadas.
Por otra parte, la sustancia permanece entre 48 y 72 horas en el ambiente, pero hay muchos pequeños productores que desconocen que se va a esparcir desde aviones, por lo que no tomarán la precaución de resguardarse durante un par de días.
Otra preocupación que motiva la elaboración del amparo -que firmarán, entre otros, representantes de la Asamblea por la Soberanía Alimentaria, del sector apícola y de la Bioferia- es qué ocurrirá con los productores orgánicos. Por un lado, porque la fumigación puede afectar a la fauna benéfica, que combate naturalmente las plagas, y ya que, por dispersión, podría llegar a las fincas donde no se utilizan agroquímicos.
Las abejas también podrían resultar afectadas, no sólo en forma directa, sino debido a que la molécula tal vez permanezca en el polen e impacte en la producción de miel. Algo que, insistió Martín Betancud, se desconoce porque se trata de una molécula nueva.
Está previsto que la fumigación en forma aérea comience el lunes y se extienda hasta la segunda semana de noviembre. El objetivo es alcanzar casi la totalidad de las plantaciones de viñedos en la provincia (también en San Juan).