Sembrar plantines (almácigos) de tomate u otros frutos de semillas pequeñas (menores a los 0,5 mm) siempre ha sido un problema para los agricultores por la cantidad de personal que se necesita, el tiempo que se emplea y el resultado, que muchas veces no es el esperado por las dificultades que presenta la manipulación de las semillas (uno de los insumos más caros porque generalmente es importado).
Estos son los primeros aspectos que hace dos años, cuando cursaban el último tramo en la ENET N°1 de San Rafael, tuvo en cuenta un grupo de chicos para proponer una máquina que realizara esa tarea como trabajo final (tesis) de su secundaria técnica.
En un principio fueron seis, pero al pasar el tiempo sólo 5 continuaron con la idea y hoy han perfeccionado los detalles y ya en segundo año de Ingeniería en la UTN Regional San Rafael, están decididos a llevarla a la práctica y armar la máquina que en algún momento sólo fue maqueta y un proyecto casi fantástico. La probaron y funciona y es un equipo de no muy grandes dimensiones para llevar adelante todo el proceso. Ellos lo han reducido a sólo colocar una bandeja para plantines en la máquina y retirarla ya lista para su germinación final en el invernadero.
“Podemos armar una máquina con elementos que son fáciles de conseguir aquí mismo en San Rafael”, dicen entusiasmados Juan Pablo Martín, Braulio Ríos vizcaíno, Andrés Cerutti, Luciano Fajardo y Facundo Rivelli al explicar su idea que en su momento tuvo el apoyo del Instituto de Desarrollo de Tecnología y Servicios que los premió. Es que han simplificado el diseño original sacando algunos elementos computarizados que encarecen la construcción y han ideado su reemplazo por piezas mecánicas y de fácil adquisición.
“La máquina original debimos desarmarla porque había elementos que nos había prestado la escuela, pero ahora con un premio que obtuvimos de este instituto estamos dispuestos a armarla para probar su industrialización y comercialización.
“Hemos realizado estudios de mercado, de comercialización y otros que nos llevaron a determinar que la producción en el sur provincial no es suficiente para hacer rentable la máquina que tiene una capacidad de producción de 200 bandejas por hora. Sin embargo -explican- hemos accedido a datos del Gran Mendoza, la zona Este de la provincia y el Valle de Uco y entre todos hacen sí que la producción total sea viable para usar la máquina en asociaciones de productores o cooperativas. El costo final, calculado a hace dos meses, rondaría los $ 200 mil pesos que se recuperan muy pronto”, aseguran.
“La máquina está diseñada para cubrir las primeras cinco etapas iniciales como son colocación de la tierra, siembra, tapado de la semilla, apisonamiento de la tierra, y riego. También hemos ideado el recambio de sólo una pieza para variar el tamaño o el tipo de semilla con el objeto de poder utilizarla para una variedad importante de semillas de frutos o flores”, dicen.
“Con este proceso también se asegura una optimización en el manejo de la semilla evitando manipulaciones que ponen en riesgo el resultado final que es el plantín que crecerá en el invernadero”, completan.
Cabe destacar que estos jóvenes presentaron su prototipo también en Tecnópolis aunque no pudieron trasladar la máquina por los costos. Destacaron que siempre recibieron apoyo de empresas locales como FGH, Hierrosan y otras sin cuya colaboración les hubiese sido imposible participar en concursos que en general, se realizaron fuera del departamento.
Ellos se comunican a través de un e mail donde se pueden hacer consultas o brindar ideas y es invertecsa@hotmail.com. “El objetivo es perfeccionar lo que tenemos”, aseguran.
En la Álvarez Condarco, arreglaron camas del Lencinas
Alumnos de la escuela técnica Álvarez Condarco colaboran permanentemente con el Hospital Lencinas, de Godoy Cruz. Este año arreglaron camas de la sala de clínica médica y próximamente construirán nuevos andadores que serán utilizados en el nosocomio.
Luis Lucero, director de la escuela Álvarez Condarco, explicó que los trabajos se realizan en el marco de un acuerdo con las autoridades del Hospital. "Nos comprometimos a realizar el mantenimiento a las camas del hospital y también estamos en un proyecto para hacer andadores que se entregarán a las personas que lo necesiten y que no tengan recursos para comprarlo", dijo.
Eduardo Franquino, jefe de Taller de la escuela, comentó que la tarea que realizan los chicos es un gran desafío. “Aprenden haciendo y sirven a la comunidad; lo que tiene una carga de valor muy importante que les hace bien a los docentes, a la comunidad y a los chicos”, afirmó el docente.
Por su parte, Brian Ramos, de 3º año, describió: “Soldamos, pintamos e hicimos camas para un hospital, el profesor nos da una rutina y cada uno cumple con la rutina que le toca”.