Que Mendoza es una provincia altamente sísmica -de grado 4 en peligrosidad, para ser más exactos- no es ninguna novedad. Y que es técnicamente imposible predecir un terremoto, tampoco lo es.
Sin embargo, y sin caer tampoco en la paranoia, en Mendoza hay más de 50 brigadistas de Bomberos, la Policía y otros profesionales civiles capacitados para actuar durante y luego de una catástrofe. Y el objetivo para fin de año es llegar a los 100.
Entre el 2 y el 5 de mayo, 47 personas -entre ellas bomberos del cuartel central y voluntarios, personal de Defensa Civil, agentes penitenciarios, miembros del grupo de canes y hasta personal sanitario del Hospital Carrillo- fueron capacitados como brigadistas USAR (del inglés, brigadas de búsqueda y rescate urbanas) por instructores del Grupo Especial de Rescate (GER) y también del mencionado USAR.
"Es muy importante tener gente preparada para trabajar en una estructura colapsada en caso de una catástrofe. Mendoza tiene una brigada muy importante en cuanto a capacitación en lo que se refiere a cantidad. Y el objetivo es seguir avanzando. Estamos preocupados y ocupados en generar grupos de intervenciones en catástrofes", destacó el director de Defensa Civil, Daniel Burrieza.
Durante 4 días (del 2 al 5 de mayo) los 47 brigadistas (hombres y mujeres) permanecieron internados en una estricta capacitación, que incluía aspectos teóricos por la mañana (arrancando el día bien temprano) y continuaba con actividades prácticas durante la tarde en distintas locaciones, justamente para llevar al campo lo adquirido (hasta entrada la noche).
“Con esta capacitación logramos tener un comportamiento estructurado, piramidal y vertical. Y en un momento de catástrofe, esta organización tiene mejor efectividad y poder de resolución. Es un protocolo universal (el de USAR), por lo que entonces estos brigadistas pueden -por ejemplo- ir a Japón y, sin saber hablar el idioma, podrán saber cómo trabajar en esas situaciones”, resumieron algunos de los instructores que participaron de los cursos de inducción.
En detalle
El Gimnasio Número 3 fue el punto de encuentro para los brigadistas entre miércoles y el sábado de la primera semana de mayo. Allí permanecieron y pernoctaron los 47 brigadistas, quienes por la tarde salían a poner en práctica todo lo aprendido desde la teoría. Además de los brigadistas, también hubo actores desinteresados que aportaron lo suyo, como Félix Cachi -padre del brigadista Ariel Cachi-, quien cocinó todos los días para los casi 50 participantes.
Convivencia
"Los cursos de brigadas USAR son internados, por lo que los brigadistas conviven, comen y se capacitan en el lugar. Así se fortalece el espíritu del cuerpo, y se afianzan las relaciones de amistad. La parte teórica era en el Gimnasio, y por la tarde íbamos a terrenos públicos, bodegas o fábricas abandonadas y otros sitios donde podíamos aplicar lo aprendido. Dentro de las brigadas hay funciones. Hay quienes hacen trabajo en altura, penetración, manejo de herramientas", destacó Cristian Subercaze, instructor USAR y del GER. En 2010 participó de brigadas de rescate en Chile los días posteriores al fuerte terremoto que se registró en la zona de Concepción.
"Las situaciones son de lo más variadas. Practicábamos técnicas de búsqueda de personas o de rescate. Pero son solo algunas, por eso se llaman cursos de inducción, porque se muestran y trabajan solo algunas de las tantas ramas (trabajo en altura, en profundidad); y que a veces se combinan", destacó a su turno Martín Bruzzone, quien es bombero e instructor.
La preparación contempla posibles casos de terremotos, pero también de episodios más cotidianos como incendios, viento Zonda, inundaciones y hasta ahogamientos en espejos de agua. Incluso, algunos de los bomberos instructores fueron partícipes del operativo posterior al derrumbe de una vieja construcción en San José (Guaymallén), en 2016, en el que trágicamente fallecieron una mujer y su hijo. "Fue un operativo muy duro. Y fue precisamente por el accionar de los canes instruidos en búsqueda que se pudo encontrar a los cadáveres entre los escombros", sintetizaron.
La reciente capacitación estuvo a cargo de un instructor del Ministerio de Seguridad de la Nación especializado en protección civil y abordaje integral de emergencias y catástrofes. Se trata de Martín Gómez Lissarrague, quien es representante en el Insarag (una organización internacional que contiene a Unicef, a la ONU y que es de referencia en el asesoramiento de búsqueda de personas).
Cursos de especialización y gerenciamiento de crisis
La intención de Defensa Civil -por medio de estas y futuras instrucciones- es seguir formando y capacitando gente, incorporando además más profesionales en búsqueda y rescate; pero también en medicina, en georreferenciación y en arquitectura (en especial de edificios donde ocurrieron catástrofes).
"La intención es seguir ampliando el espectro, trabajando en cursos de especialización de trabajos y gerenciamiento de crisis, pero también en la prevención (tan importante como la propia respuesta en las emergencias). Hay problemas que le atañen a la supervivencia, como por ejemplo el monóxido de carbono en los hogares o los espejos y cauces de agua. Por ejemplo, el GER (Grupo Especial de Rescate) tiene una especialización en lo que es búsqueda en el agua -con canes-, que ha permitido no sólo encontrar cuerpos sumergidos (como en el caso de la ciudadana chilena Concepción Arregui), sino también rescatar personas con vida de los zanjones", sintetizó Burrieza.