El listado de leyes de emergencia en Seguridad debe ser conformado por la Comisión Bicameral de Seguridad, un ámbito legislativo conformado por un representante por bloque de las dos Cámaras legislativas. Con el recambio de escaños ocurrido hace una semana esa comisión aún no está conformada, aunque se descuenta que eso sucederá la que viene.
Lo que está claro es que los usos y costumbres indican que la presidencia de esa comisión se renueva cada año y debe ser encarnada alternativamente por un senador o un diputado y siempre debe ser alguien de la oposición. Así, lo que se viene es la pelea por la presidencia, que le correspondería a un diputado. Hay dos señalados: el radical Héctor Quevedo y el demócrata Jesús Riesco.
La declaración de emergencia en seguridad cada vez es menos urgente, frente a la mirada anonadada de la oposición, que ven al Vicegobernador encender la mecha, mientras el gobernador Francisco Pérez baja el tono y pone paños fríos para evitar semejante declaración.
Con el correr de los días se fortalece en la oposición la especulación de que Ciurca lanzó el convite para sostener al ministro del área Leonardo Comperatore y no sólo por amistad y relación política entre ambos sino porque esa cartera es controlada por Ciurca y los hombres que le responden desde 2008.
Pero, más allá de esa hipótesis, nadie quiere ser el que ponga palos en la rueda a ese listado de proyectos que pretende empujar el Vicegobernador. Nadie quiere ser señalado como quien obstaculiza las medidas contra la inseguridad, aun cuando hay coincidencia en que esas leyes no generan cambios de fondo en la situación.
Ese listado de proyectos sigue estando en la nebulosa y el ámbito en el que se definirá esa lista aún no existe en la Legislatura, justamente porque el llamado a las deliberaciones que hizo Ciurca el domingo pasado por las redes sociales, cae justo en el recambio legislativo.
Los diputados y senadores electos en octubre del año pasado asumieron oficialmente el 1 de mayo pasado, el día en el que Pérez fue a la Legislatura a dar el discurso de apertura del período de sesiones ordinarias. Así que la conformación de todas las comisiones, no sólo la Bicameral de Seguridad, y sus respectivas presidencias, aún no está dirimida.
En el caso de la de seguridad, se trata de una comisión creada por la ley 6.721. En el artículo 33 de esa ley se establece que la comisión estará conformada por un representantes de cada bloque de cada Cámara.
Así, por los diputados habrá un representante del Frente para la Victoria, uno de la UCR, uno del PD y uno del Frente Renovador; en el caso del Senado, habrá uno del FpV, uno de la UCR, uno del Frente Renovador y uno del Pro.
Como se ve, no hay representante del Frente de Izquierda, aun cuando les correspondería uno por cada Cámara, pero el FIT decidió no ser parte.
Entre los diputados que estarán en la Bicameral suenan el radical Quevedo y el demócrata Riesco; también estará el massista Daniel Cassia y del oficialismo hay dos nombres que rondan: Raúl Guerra y Claudio Díaz. Desde la Cámara alta irán la oficialista Claudia Torres, la radical Milagros Suárez, el massista Gustavo Valls y el macrista Gustavo Cairo.
Con los nombres casi puestos, ahora queda dirimir la presidencia. De acuerdo a la ley 6.721, le corresponde a uno de los representantes de la oposición y, por costumbre, ese cargo cada año recae en un diputado o un senador alternativamente. Hasta ahora la presidenta es la radical Suárez; este año, después del recambio, le tocaría a alguien de diputados.
Uno de los que podría ser es Cassia, quien tendría el apoyo del oficialismo, pero él mismo desiste con el argumento de que es amigo del ministro Comperatore.
Entonces el peronismo le hace un guiño al PD. En un año en el que las batallas políticas están caldeadas por el adelantamiento de la campaña 2015, prefieren ver a Riesco en la presidencia y no dar aire a un radical como Quevedo, la fuerza que viene endureciendo posiciones ante la posibilidad de disputar la gobernación el año que viene.
Ésa es la pelea sorda que se viene y será dirimida en los próximos días, como el paso previo para empezar a definir el listado de leyes de la urgencia en seguridad.
