Beyond Meat e Impossible Foods, las rudimentarias empresas emergentes que comparten una preferencia por los superlativos y un compromiso con proteger el medioambiente, han dominado el mercado relativamente nuevo de los alimentos vegetarianos que parecen y saben a carne.
Sin embargo, puesto que las hamburguesas, las salchichas y el pollo a base de plantas cada vez son más populares y están disponibles en restaurantes de comida rápida y tiendas de abarrotes en todo Estados Unidos, un nuevo grupo de compañías ha comenzado a fabricar "carne sin carne": los conglomerados de alimentos y los productores de carne que en un principio fueron el blanco de la disrupción de Beyond Meat e Impossible Foods.
En meses recientes, grandes empresas alimentarias como Tyson, Smithfield, Perdue, Hormel y Nestlé han presentado sus propias alternativas a la carne, así que los anaqueles de los supermercados se han llenado con hamburguesas, albóndigas y nuggets de pollo a base de plantas.
La carne a base de plantas, que alguna vez fue un alimento que solo consumían veganos y vegetarianos, se está convirtiendo en un elemento principal de la dieta de más personas debido a que los consumidores buscan reducir su ingesta de carne por las preocupaciones respecto a sus efectos en la salud y su contribución al cambio climático.
En los últimos cinco meses, el precio de las acciones de Beyond Meat se ha elevado mucho y el acuerdo de Impossible Foods con Burger King para ofrecer a sus clientes Whoopers a base de plantas ha provocado una ola de cadenas de comida rápida que están poniendo a prueba productos similares. Los analistas pronostican que el mercado de las proteínas a base de plantas y las alternativas a la carne creadas en laboratorios podría tener un valor de hasta 85.000 millones de dólares para 2030.
Ahora, en los supermercados de todo Estados Unidos, los compradores pueden encontrar res y pollo a base de plantas junto a los productos de carne empacados que los estadounidenses han consumido por generaciones.
"Hay una demanda creciente", comentó John Pauley, director comercial de Smithfield, uno de los mayores productores de cerdo del país. "Sería tonto de nuestra parte no prestarle atención", precisó.
En setiembre, Nestlé lanzó la Awesome Burger, su respuesta a las hamburguesas sin carne de Beyond Meat e Impossible Foods ("Creemos que es un producto asombroso", dijo una portavoz de Nestlé). Smithfield inauguró una línea de hamburguesas, albóndigas y salchichas a base de soya, y Hormel comenzó a ofrecer carne molida a base de plantas.
También hay opciones mixtas (una suerte de carne falsa impostora que está en la zona existencial gris entre la Beyond Burger y un corte de res). Tyson está introduciendo una hamburguesa hecha de una combinación de carne y plantas. Además, Perdue está vendiendo nuggets mixtos, con pollo y "nutrición vegetal" que aportan la coliflor y los garbanzos.
Muchos defensores de las alternativas sin carne han aclamado los nuevos productos como una señal de que la carne a base de plantas ha ganado aceptación general.
"Cuando empresas como Tyson y Smithfield lanzan productos de carne a base de plantas, eso hace que el sector de la carne a base de plantas deje de ser un nicho y se vuelva comercial", comentó Bruce Friedrich, quien dirige el Good Food Institute, una organización que defiende los sustitutos a base de plantas. "Tienen canales de distribución gigantescos, bases entusiastas de consumidores y saben qué productos cárnicos ofrecer para satisfacerlos", agregó.
No obstante, el ingreso de estas empresas cárnicas en el mercado de las proteínas a base de plantas también ha generado sospechas e incomodidad entre los activistas del medioambiente, a quienes les preocupa que las compañías puedan acaparar el movimiento y absorber a empresas emergentes más pequeñas, o que simplemente usen las hamburguesas a base de plantas para desviar la atención de otros delitos ambientales.
"Es una preocupación legítima", dijo Glenn Hurowitz, quien dirige la organización de defensa del medioambiente Mighty Earth. Durante años, las grandes compañías petroleras compraron empresas emergentes de energía limpia y, básicamente, las clausuraron, señaló.
"Hacer inversiones modestas en el sector de las proteínas a base de plantas es algo legítimamente bueno para los negocios", dijo Hurowitz, pero "no equilibra por completo toda la contaminación que están generando".
Muchas de las grandes compañías alimentarias comenzaron a invertir en la carne a base de plantas u otras alternativas veganas hace años. Sin embargo, el ritmo se ha acelerado en los últimos meses.
"Todo el proceso de extremo a extremo sucedió en menos de un año", dijo Justin Whitmore, vicepresidente ejecutivo de proteínas alternativas de Tyson. "Avanzaremos de la mano del consumidor, y tenemos la capacidad para hacerlo rápidamente", anticipó.
Las hamburguesas veganas han estado en los anaqueles de las tiendas durante décadas, pero las empresas apenas han comenzado a desarrollar productos vegetarianos que intentan igualar la experiencia de comer carne real mediante el uso de ingredientes como las proteínas del garbanzo y la soya modificada genéticamente.
Pat Brown, director ejecutivo de Impossible Foods, ha descrito desde hace mucho el proyecto de crear carne falsa como un imperativo ambiental. "Todos los aspectos de la industria alimentaria basada en animales son mucho más perjudiciales para el medioambiente y poco eficientes en cuanto al aprovechamiento de recursos que cualquier sistema basado en plantas", comentó. Brown incluso ha establecido una fecha límite: eliminar los productos animales de la cadena mundial de suministro para 2035.
No todos sus nuevos rivales son tan idealistas. Su objetivo no es acabar con la industria de la carne en nombre de la sustentabilidad. Su meta principal es generar ingresos.
"Somos una compañía cárnica, primero que nada", dijo Pauley, el directivo de Smithfield. "No nos disculparemos por eso", apuntó.
Susan Wassel, portavoz de Tyson, el productor de carne más grande de Estados Unidos y creador de una nueva línea de nuggets de pollo a base de plantas, lo dijo de manera más honesta. "Ahora mismo, se trata de una oportunidad de negocios", comentó.
Aun así, Brown dijo que no tenía planes de colaborar con los grandes productores de carne, cuyo poder publicitario e infraestructura de cadena de suministro podría ayudar a que las empresas emergentes que producen alimentos a base de plantas lleguen a más clientes. Dijo que era "una señal alentadora" que ese tipo de empresas inviertan en proteínas a base de plantas, pero enfatizó que el éxito del movimiento dependía de que los productos de verdad recrearan el sabor y la textura de la carne.
"Si los productos no son geniales, si básicamente solo son hamburguesas vegetarianas readaptadas, el daño que nos harán no se deberá a la competencia", agregó. "El daño vendría de confirmar la creencia de los consumidores de que los productos a base de plantas no pueden ofrecer lo que quieren los amantes de la carne", precisó.
Sin embargo, por ahora es demasiado pronto para saber cómo responderán los consumidores a la gama más amplia de opciones, dijo Alexia Howard, analista en Bernstein que da seguimiento a la industria de la carne a base de plantas.
"Inevitablemente veremos menguar un porcentaje de nuestra participación en el mercado", comentó Howard. "Pero sobrevivirá quien tenga el mejor producto", concluyó.