Ver que Argentinos Juniors, Tigre o Atlético Tucumán están peleando palmo a palmo con Boca la Copa de la Superliga puede hacer que uno se confunda y piense que el fútbol argentino se está democratizando y ya no es sólo cuestión de poderosos.
Pero la verdad es que si uno no se queda en la superficie y va un poquito más abajo, la sensación se diluye rápidamente y se termina comprobando que nada ha cambiado cuando se trata de equipos de la General Paz para acá.
El Consejo Federal continúa siendo un reducto en el que se deciden ascensos y descensos según la cara del cliente, o mejor dicho, la billetera del mismo, y eso es, fue y será histórico. Las definiciones del Federal A y del Torneo Regional Amateur están manchadas.
El primer escándalo se dio el día después del ascenso de Estudiantes de Río Cuarto a la Primera B Nacional, cuando circularon audios de un jugador de los cordobeses (Juan Tejera) admitiendo que los árbitros los habían beneficiado en gran parte del campeonato, y hasta admitiendo que el presidente del club le había adelantado que ascenderían cuando lo contrató. “Cuando yo vine acá, me dijo el presidente: ‘Vení que vamos a ascender. Ya está todo hablado. Este año vamos a ascender nosotros”.
Claramente, la situación no fue investigada. Uno rápidamente se acordó de aquel video de León Bustos, jugador de San Martín en su momento, en el que admitía un arreglo con Sportivo Desamparados para dejar a Independiente Rivadavia fuera de una definición por el ascenso.
Al León lo hicieron descender por esa prueba y la Lepra terminó ascendiendo tras vencer en la final a Guillermo Brown de Puerto Madryn.
¿No había que actuar de la misma manera en este caso? Evidentemente, no. Hay tribunales que se manejan con sus propios reglamentos y lo van manejando.
A tal punto llegan las cosas que ahora el Tribunal asegura que al denunciante le habrían pagado desde otra institución para que haga esa declaración y deja libre de culpa y cargo a los cordobeses. Una situación similar se había vivido hace un tiempo con la mala inclusión de un jugar de Independiente de Neuquén, lo que beneficiaba a Deportivo Roca.
Pero la situación fue más allá. Es que el vicepresidente de Sarmiento de Chaco (Gerado Escobar) se encadenó en la puerta de la AFA para pedir que se atendiera el reclamo realizado por el club que preside Coqui Capitanich y la entidad madre del fútbol anunció que será sancionado por su reclamo, coartando un derecho constitucional.
No sería la primera vez que un dirigente es sancionado: el año pasado el presidente de Almagro, Julián Romeo, fue suspendido un año.
La otra situación que no termina de entenderse es la sanción a Pacífico de General Alvear por los incidentes ocurridos en el partido con San Martín el domingo pasado, en el que unos hinchas alvearenses ingresaron al campo de juego.
Lo insólito es que al Lobo sureño se lo suspendió por cuatro meses para jugar, incluso, en la Liga Alvearense, con lo que se lo deja “muerto en vida” y que la suspensión llegó después de que el Albirrojo había enviado una carta pidiendo que no se sancionara a su rival, argumentando que las autoridades del mismo habían realizado un buen trabajo.
El tema en cuestión parece ser el accionar policial. Gabriel Mostacchio, presidente del Chacarero, fue claro al respecto. “Pagamos el operativo, pero no se nos deja opinar de las condiciones y si no funciona, se castiga a los clubes”.
¿Habrá alguna vez sanción hacia los operativos e incluso hacia los inadaptados, los que siempre están identificados?
Pablo Tovvigino, presidente del Consejo Federal, aseguró por los incidentes en San Luis entre Victoria y Peñarol de San Juan, que siempre hay connivencia de las policías provinciales. Si lo sabremos los mendocinos cada vez que se sale de la provincia. Ah, para tener en cuenta: San Martín tiene que definir en San Juan.