Amadeo Raúl Carrizo Larretape nació el 12 de junio de 1926 en Rufino, provincia de Santa Fe, Argentina. De adolescente se trasladó a Buenos Aires y se integró a la cantera de River Plate, equipo con el que debutó a los 19 años de edad.
Apodado ‘Tarzán’ por su agilidad, en 1952 se hizo con la titularidad del equipo bonaerense, y ya no la perdió hasta 1968. Carrizo coincidió en el equipo millonario con Alfredo di Stéfano, y ganó siete ligas argentinas con la ‘banda sangre’.
Fue un innovador
Lo fue por varias razones pero las principales fueron por ser de los primeros arqueros de América en llevar guantes, pero sobre todo, por ser de el primero que aprendió a salir del área con regularidad y valentía, adelantando así una tradición muy de arqueros sudamericanos que ha tenido en jugadores como Higuita, Chilavert o Ceni, sus dignos sucesores.
Además fue el primero en aprovechar su saques desde el arco para habilitar a sus compañeros en ataque, convirtiéndose en el primer atacante.
Su excelencia la construyó también en el ámbito internacional: fue el titular en el Mundial de 1958, aunque no fue su mejor recuerdo como profesional, ya que la albiceleste se llevó en aquella cita una dura goleada por 6-1 ante Checoslovaquia.
Tras jugar más de 500 partidos con River Plate, en 1969 se fue al Alianza de Lima peruano y ese mismo año acabó recalando en el Millonarios colombiano, donde se retiró con 44 años.
Carrizo vivió algunas experiencias como entrenador y acabó vinculado con River.
Vivió hasta su muerte (93 años) en el barrio bonaerense de Villa Devoto, y ostentó el cargo de presidente de honor de River Plate, que lo homenajeó en 2014.