Sin dudas que la canción "Mil horas", escrita por Andrés Calamaro y estrenada por los Abuelos de la nada en 1983, fue un hit para su época y que aún se sigue escuchando.
El tema, que formó parte del álbum Vasos y Besos, fue reversionado por artistas como Los enanitos verdes, Los Tipitos o Alex Ubago, y despues de casi 40 años de su estreno oficial, sigue vigente como el primer día.
Los fánaticos siempre se preguntaron ¿quien era esa joven a la cúal Andrés espero "dos horas, mil horas como un perro", como recita la canción? Su nombre es Cecilia Szperling.
La historia inició en la Escuela del Sol, ubicada barrio de Colegiales, Buenos Aires, muy cerca de la casa de ella. Cecilia entró en segundo año, cuando él, de melena enrulada y camisa a cuadros, cursaba cuarto y se presentaba como "el chico Punk". Por esos años, él ya cantaba, aunque en sus ratos libres y en las clases le gustaba hacer caricaturas de los profesores.
Durante las caminatas, ida y vuelta entre el colegio y sus respectivas casas, en las que no faltaban además de las palabras el rock de fondo, entablaron un vínculo que duró cuatro años. En diálogo con Teleshow, aclaró que nunca fueron novios y explicó que eran una especie de "mejores amigos". "Yo seguramente era su mujer ideal, pero en ese momento teníamos una relación de jardín de infantes", dijo.
A medida que pasaba el tiempo, la amistad se iba afianzando, pero Szperling esquivaba cualquier tema relacionado al amor. “Me evadía. Pero no me iba, por nada dejaría su compañía, su conversación, su sonrisa. Yo no podía hablar de ciertas cosas”, relató ella en un capítulo dedicado a él de su último libro, La máquina de proyectar sueños.