A Ester Ledecka , ya nadie puede tratarla de loca. En Pyeongchang, la checa de 22 años demostró que su ilusión de competir en el mundo de deportes era más que posible, con un inédito oro en esquí alpino y otro en snowboard.
"Mi objetivo es ser buena en ambos deportes. Todos los que dicen que es imposible, que esto es una locura. La frase de Ledecka es del año pasado, cuando compitió por primera vez en los Mundiales de disciplinas, en St. Moritz y Sierra Nevada.
A esa altura, nadie se imaginaba, ni ella misma, lo que sucedió en Pyeongchang 2018: llegó a los Juegos Surcoreanos con la ilusión de lograr su primera medalla olímpica y se convirtió en una superestrella del deporte mundial.
Ya no podrá competir sin maquillaje, como aseguró que lo hizo en el supergigante, si no quiere repetir la imagen de la ceremonia de premiación y la rueda de prensa posterior, cuando se presentó con las gafas de esquiar.
"No estaba preparado como las otras chicas que podían estar en el podio, así que no estoy usando maquillaje", justificó ante los periodistas, provocó la carcajada en general.
Seguramente tampoco se presentará con esquís prestados a una competición, como lo hizo cuando venció a la austríaca Anna Veith por una centésima, ya que a una doble campeona olímpica no le faltarán patrocinadores.
Ni usar el dinero que gana en el circuito de snowboard, donde ya fue una de las estrellas, para financiar su sueño de ser esquiadora.
Y claro, no hay una opción para elegir entre el esquí o el snowboard, si sus entrenadores, el estadounidense Justin Reiter y el checo Tomas Bank, se siguen llevando tan bien como hasta ahora.
Pero sobre todas las cosas, Ledeckademostró que puede vencer como una "forastera" absoluta como lo hizo en el esquí, cuando tuvo que mirar varias veces el reloj para convencerse de que tenía ganado, como también lo puede hacer con el rótulo de hoy y toda la presión sobre sus hombros, como lo hizo en el slalom gigante paralelo de snowboard, cuando aplastó a todas sus rivales.
"Es una atleta increíble. Nunca ha visto un nadie que haga las cosas de la forma en que lo hace. Y sobre todo, es una ganadora", la definición Reitner, su técnico de snowboard.
"Su único problema es que nunca quiere parar, siempre quiere más carreras. Pero el esquí alpino es peligroso, así que tengo que limitar sus carreras", aportó Bank, su entrenador de esquí.
Con dos oros en el pecho, ya nadie puede dudar de sus técnicos, que aseguran que esa particular circunstancia la beneficia. "El snowboard le da un gran equilibrio y buenas sensaciones", asegura Banco. "Y esquiar la ayuda a la competencia en snowboard porque es más rápido. Se debe sentir como en cámara lenta. Sus oponentes nunca han sido tan rápidos como ella".
No hay dudas que en sus genes hay talento. Jan Klapac, su abuelo, fue campeón del mundo de hockey sobre hielo y doble medallista olímpico con Checoslovaquia, mientras que madre, Zuzana, fue una gran patinadora. Con vocación artística, su padre, Janek Ledecky, es cantante y compositor muy conocido en su país.
Con tanta inspiración familiar, si hay algo que Ledeckano hace es poner tranquila. Habla cinco idiomas, estudió marketing y comunicación en la universidad de Praga y desde los cinco años y anda por la velocidad. En sus ratos libres practica kickboxing, aunque también disfruta del windsurf y el beach volley.
Con tantas inquietudes y tan diversas, ni ella tiene claro como seguir su carrera. "No sé, mientras que yo divierta con ambos, probablemente haga las cosas y veremos qué sucede". Pero ahora, ya nadie puede tratarla de loca.