En el arranque de la segunda temporada de MasterChef Argentina, un participante se llevó gran parte de la atención del jurado y de la audiencia. Se trata de Francisco Taberna, un carpintero de 36 años oriundo de la localidad bonaerense de Remedios de Escalada.
"Me anoté en MasterChef porque me gusta cocinar y me dicen que tengo cualidades. Vine a ver si es verdad. Aprendí de chiquito, mirando. En casa siempre se cocinó mucho, con mucho amor. Con este plato creo que voy a conquistar a Donato (De Santis)", contó confiado Francisco en su presentación. Taberna cocinó pasta e fagioli, un plato que hacían su mamá y su abuela "para que creciéramos así de flaquitos", explicó entre risas.
Después de conseguir la aprobación de Christophe Krywonis y Germán Martitegui ("Tu plato me voló la cabeza", le dijeron), le llegó el turno a Donato, quien se quebró con su devolución. "Hay cosas que emocionan... Va más allá del plato y de la historia. Cuando uno cuenta su experiencia. Te felicito", dijo el chef mientras se secaba las lágrimas con una servilleta.