Desde la semana pasada, los curas pedófilos del Próvolo, Horacio Corbacho (59) y Nicola Corradi (83), se ubicaron a la cabeza del ránking de los presos que han recibido las penas más altas de la historia del delito en Mendoza.
Si bien no existe un registro judicial o penitenciario, todas las fuentes consultadas concuerdan en que los curas del Próvolo encabezan el listado que se completa -según el recuerdo de algunos memoriosos jueces, con algunos asesinos múltiples y con homicidas que han seguido matando a sus propios compañeros de celda.
En general estos asesinos son condenados por homicidios agravados y la pena es prisión perpetua.
Pero en términos de internos con mayor tiempo entre rejas, Mendoza tiene al segundo del "ránking" a nivel nacional. Se llama José Elías Gigena (53) y hace 32 años y 3 meses que está en la cárcel de Boulogne Sur Mer.
Detrás del famosísimo Carlos Eduardo Robledo Puch, quien lleva 47 años de detención en el penal de Sierra Chica, habría que ubicar a Gigena.
Un relevamiento nacional realizado por la Nación en 2017 lo ubicó segundo, después de "El Ángel de la Muerte".
“Gigena nació en 1966 e ingresó al Servicio Penitenciario en el 88. Está en el pabellón 3 de Boulogne Sur Mer”, informaron desde el penal.
Gigena fue detenido cuando tenía 18 años y condenado a perpetua por el asesinato de una niña de 2 años, a quien luego enterró debajo de su cama.