Quién es Abraham Poincheval, el artista francés que se encerró en una roca

Estará una semana en el interior de la piedra, y ya anunció que cuando salga incubará una docena de huevos...

Quién es Abraham Poincheval, el artista francés que se encerró en una roca

Cavó durante 20 días un túnel bajo un jardín español. Construyó la escultura de un oso con la panza hueca, donde se metió por 13 días y fue filmado todo el tiempo (recostado). Hizo una botella gigante, se metió en ella y “navegó” por el río Ródano. Así:

El arte todavía no ha dicho todo: lo confirma la imaginación de Abraham Poincheval, que ayer miércoles se metió en una roca. Allí pasará una semana entera, y cuando salga planea incubar una docena de huevos. Tal como lo acaba de leer, sí, pero no se sorprenda tan rápido: vayamos por partes.

Roca, dulce roca

Poincheval (1972, Alenzón, Francia) tiene una trayectoria importante y es reconocido dentro de las vanguardias contemporáneas europeas (incluso fue asistente de Marina Abramovi?, de quien se considera un discípulo). Por estos días es, además, la principal "atracción" del Palacio de Tokio (que está en París). Allí se encuentra, ahora mismo, encerrado en una roca.

Este “performer” creó su propio encierro en el marco de una muestra dedicada a la relación entre el ser humano con los objetos. Y, tan ermitaño como creativo, su mente fue por un "objeto" de 12 toneladas.

¿La idea? "Experimentar la temporalidad del reino mineral". Por eso estará, hasta el próximo miércoles, en una cavidad con forma humana en una roca partida que, al unirse, es una masa sólida. En esa especie de huevo tiene toda clase de conductos: para comer (agua, sopas...), para respirar, para "ir al baño" y un celular, en caso de emergencia. Además será filmado todo el tiempo, para dejar constancia a las generaciones futuras de la creatividad de este siglo.

A incubar mi amor

Además, cuando el 1 de marzo salga de su roca, Poincheval empezará a cargarse de energías y calor para su próxima obra de arte: el 29 del mes próximo volverá al Palacio de Tokio para incubar una docena de huevos.

Puede que sean tres, o puede que sean cuatro semanas, pero lo seguro es que ya tiene su dieta muy pensada: mucho jengibre, para mantener una temperatura superior a los 37 grados. Estará 24 horas incubando los huevos (solo podrá descansar media hora), y ya anunció que una vez que nazcan los polluelos los llevará a casa de sus padres. Instinto maternal, dicen.

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